Sin duda, uno de los momentos más duros en la vida de cualquier músico es empezar. Claro, y todo lo que eso conlleva. Demostrar que vales, que tienes algo que decir, hacerte una reputación, ganarte el respeto de todos. Es durísimo. El caso de Jeff Tweedy no es una excepción, a pesar de su actual estatus de culto gracias a su intachable trabajo con Wilco, Tweedy es el nombre de su nueva apuesta musical junto a su hijo adolescente Spencer. Claro, y todo lo que eso conlleva.
Incluso a pocos minutos de iniciar la presentación, aún se percibía un cierto aire dubitativo en el ambiente. ¿Sería porque costaba mentalizarse de que no veríamos a Wilco?, ¿porque “Sukierae» es un gran disco pero no nos convence del todo?, ¿porque quizás su hijo a la batería es solo parte de una estrategia de marketing para dar valor a algo que no lo tiene? o simplemente ¿porque Jeff ocupa un lugar privilegiado en nuestras expectativas y no queremos sacarle de ahí tan fácilmente? A saber.
Cualquiera que fuera la razón, Jeff Tweedy aparecía emocionado, con la ilusión de un principiante, acompañado por un grupo de músicos a los que presentaba como su segunda familia. Temas como “Fake Fur Coat”, “Flowering”, “New Moon”, “Summer Noon” sirvieron para darnos una calurosa bienvenida. Con el precioso tándem compuesto por “Nobody Dies Anymore” y “Wait For Love” supimos que no había nada de qué temer. Y no fue hasta que tocaron la introspectiva “Slow Love” junto con la experimental “Diamond Light Pt. 1” que todos empezamos a sentirnos realmente como en casa.
Pero “Sukierae” no fue la única sorpresa de la noche. Cuando eres el líder y responsable de una de las bandas más importantes e innovadoras del siglo XXI, sería una tontería no dejar caer alguno de sus temas, ¿cierto? Esta vez Jeff Tweedy, por su cuenta y con la seguridad de un veterano, interpretó unas espectaculares versiones acústicas de “Hummingbird”, “Via Chicago”, “Spiders”, “I Am Trying To Break Your Heart”, “I’m The Man Who Loves You” y “Passenger Side”. Curiosamente, uno de los momentos más especiales no fue a cargo de “Jesus, etc” sino gracias a “New Madrid”, una preciosa versión de los ya extintos Uncle Tupelo.
Para finalizar, como si se tratara de un tributo, los Tweedy nos despidieron con un exquisito repertorio de versiones que incluían temas de Neil Young, Mavis Staples, Doug Sahm y Woody Guthrie. Sin duda, una noche inolvidable donde quedó constancia del invaluable talento de Jeff Tweedy como músico, padre y persona. Con o sin Wilco.