Pocas veces el sonido tradicional de una nación o cultura viene tan remarcadamente dado por la influencia de un instrumento, como ocurre en el caso que nos ocupa. La tabla, junto al sitar, es un instrumento capaz de resumir a la perfección lo que se le presupone tanto a la música tradicional como vanguardista de la India.
Eso trataban, de hecho, con las sesiones que programaba desde finales de octubre La Casa Encendida para conocer la India de hoy en día. Evidentemente, en el apartado musical el mayor atractivo era el de Talvin Singh conocedor tanto de la tradición de su país como destacado intérprete de tabla y de la vanguardia electrónica de hoy en día. Para dicho evento, aún con resaca de nochevieja, Talvin viajó directamente desde India con la idea de demostrar con un show de improvisación su faceta de instrumentista por encima de la de productor/dj.
Por y para ello tiró tanto del repertorio de bases electrónicas como de tradición India, sobre todo a la hora de reutilizar sabiamente las voces de canciones clásicas. Eso sí, antes de ello tuvimos momentos dubitativos del artista con ruidos y acoples casi permanentes. Esto calmó mucho los ánimos del público que llenaba el patio de La Casa Encendida, con múltiples abandonos entre el sector curioso del mismo.
Fue en concreto la tabla hindú lo que terminó levantando la actuación. Magistral mezcla de sonidos con la dificultad añadida de ejercer de hombre orquesta. Aunque si es cierto que hubo ayuda de un amigo de San Francisco, un tal Jimmy, que se dedicaba a juguetear con una guitarra eléctrica usada a modo de slide-guitar sobre bases grabadas previamente por él mismo, usando la boca. Talvin le seguía, usando tabla y voz (de manera percutiva), dejando claro que aquel iba a ser uno de los mejores momentos.
Un show muy curioso y vanguardista, con la virtud de ser menos electrónico de lo esperado, pero con momentos de parsimonia y repetición bastante tedioso… Pero claro, por 3 euros, pasa a ser realmente grandioso.