No tiene precio llegar a la ya mítica sala La Riviera de Madrid y toparse con una enorme cola de rockeros, como en las mejores citas. Pero es mucho mas grande ir avanzando y ver cientos de Harley Davidson aparcadas como si de la mejor de las concentraciones moteras se tratara.
Todo ello lo han conseguido unos clásicos del rockabilly como Stray Cats, que congregaron la flor y nata del mundillo rocker de los 80. Algunos tenían un tupé ya difícilmente salvado (empezando por el propio batería), pero otros siguen demostrando que es un estilo que no sabe de edades.
Eso si, el espíritu habitual de los buenos tiempos de Stray Cats con peleas de rockeros parecen pasados ya. En otra época tenerlos encerrado esperando durante dos horas a que Brian Setzer y los suyos salieran a escena bien merecía una reyerta contra la propia sala. Desde luego que no debería ser un problema confirmar una hora medianamente puntual, pero sigue siendo una asignatura pendiente para los promotores de este país.
Pero todo se olvida en una despedida de los gatos a España, tras conciertos en Bilbao, San Pedro del Pinatar y Zaragoza. Excepcionalmente bien comenzó con «Rumble In Brighton». Eso es ir sobre seguro, todo lo contrario que marcarse una versión nueva en su repertorio como la del clásico «Seven Nights To Rock», que fue de lo mejor y mas sorprendente de la noche. En el otro lado del repertorio estaban algunas de las piezas mas esperadas: «Double Talkin’ Baby», «Stray Cat Strut», «Sexy +17» o «Runnaway Boys» que demostró la solvencia del trío en los primeros compases.
Aunque si hemos de destacar una canción, quizás menos esperada pero si mucho más divertida, nos tenemos que quedar con el homenaje a Gene Vincent (luego sonó «Sweet Gene Vincent» también) y Eddie Cochrane que es «Gene & Eddie». Un verdadero show de rockabilly dónde Brian Setzer tomó el mando del concierto como buen líder. Incluso concedió el capricho a un seguidor que desde la primera fila pidió «18 Miles To Memphis».
Para rematar y entre virtuosismos por parte de Slim Jim Phantom a la batería y acrobacias de Lee Rocker, llegó el final del set con una dupla bien elegida: primero la fiereza de «Fishnet Stockings» fue la perfecta introducción para un esperado «Rock This Town». El pertinente bis no comenzó demasiado bien, pues «Baby Blue Eyes» habría sido una elección mejor para el set estándar. Por contra, «I Fought The Law» de The Clash sacó la vena punk de los de Nueva York (una pena que no estuviera «Summertime Blues» en la parte de versiones) para dejar el ambiente en lo mas alto.
Mientras se despedían se mantenía aún el olor a gran cita que terminó desembocando en un segundo bis que no siempre se hacen los chicos de Setzer. En este caso se limitó a un buen «Please Don’t Touch» que sonó muy aparente para dejar buen sabor de boca en esta corta despedida que visto el mercado musical veremos si no es un simple «Hasta luego».