El viernes decidimos ser tempraneros y pulsar el ambiente desde primera hora, colas escasas y rapidez al entrar en el festival, no pudimos evitar sentir un poco de melancolía al pasar junto al auditorio Francisco Villegas y recordar algunos de los mejores conciertos que hemos vivido en este festival , esperamos que ese escenario muy similar al auditori del Primavera Sound se recupere en futuras ediciones.
Nos acercamos al escenario secundario bautizado como Jagermeister a ver al primer grupo de esta edición, los locales Karenin – power pop huertano con influencias y agradecimientos hacía un grupo mítico murciano del mismo estilo como son Ross. Acto seguido y tras un breve paréntesis hicieron acto de presencia Belako – indie-punk-batiburrillo y canciones en inglés o en euskera, sorprende la juventud y lo bien que se mueven en directo, grata sorpresa.
En el escenario principal, La Habitación Roja se dieron un baño de sol ante un escaso pero entregado público que coreaba a pulmón todas sus canciones, algo muy parecido a lo que sucedería un poco más tarde en ese mismo escenario con Izal. Es curioso el ascenso meteórico de este grupo con una propuesta muy poco original y repetitiva.
Una de las novedades este año en el SOS 4.8 ha sido la inclusión de un tercer escenario en uno de los laterales del recinto festivalero, pudimos disfrutar del concierto vitamínico de los rockanroleros Fuckin´Bollocks y de los pujantes Trajano!, fichaje reciente de la discográfica Marxophone, post-punk oscuro con letras curiosas y una actitud en el escenario que hizo bailar a los que estábamos presentes, a seguir muy de cerca.
Por recomendación de algún conocido nos movimos de nuevo al escenario Estrella Levante a ver a los irlandeses The Strypes. Pues bien, posiblemente uno de los mejores conciertos de todo el festival, parece increíble que unos chavales de menos de 18 años sacasen ese sonido y esa actitud, en algún lugar a medio camino entre los Primal Scream menos electrónicos y melodías propias de los mejores Stone Roses, con un cantante con presencia magnética.
Era difícil después de The Strypes seguir mejorando, pero los argentinos El mató a un policía motorizado lo volvieron a hacer, con una actitud más enérgica que en su paso por salas, Santiago Motorizado abandonó el bajo para comandar la nave y se convirtió en una suerte de Diego Armando Maradona, bendiciendo al público con un movimiento de micrófono un tanto peculiar, más canciones de sus primeros EP´s y buena respuesta del público que se sabe las canciones de memoria.
Intentamos hacernos hueco para ver a <<rinôçérôse>> pero el habitual tapón que se produce en ese escenario con un grupo que podría haber tocado perfectamente en el escenario principal, hizo que nos tuviéramos que dar la vuelta y esperar al gran cabeza de cartel; The Prodigy. Los británicos se han convertido en un icono de la música popular, y digo esto porque además de que son universalmente conocidos convierten sus conciertos en algo más que un directo, más cerca del punk que de la música electrónica, fueron repasando sus habituales trallazos destacando como no los que iban incluidos en el magnífico «The Fat of the Land».
Después de darlo todo decidimos que ya era suficiente y nos fuimos a reponer fuerzas para el día siguiente.