En la crónica del viernes hablábamos de que, salvo para los más fiesteros, el sábado era el día menos bueno del festival. Madness tiene tirón pero suelen venir mucho, así que todo se quedaba reducido a un Fatboy Slim muy esperado y a unos Orbital que estarán también en Primavera Sound. Lo que son las cosas, pero terminamos mucho más contentos con como fueron los conciertos el segundo día.
| NADAR Y SURFEAR TRAS LA LLUVIA |
Antes de que nos contentaran todos los artistas del sábado (o casi) tuvimos que sufrir una tormenta veraniega en abril. Por suerte aún andábamos bajo el techo del hotel para ese momento, pero a los pobres Varry Brava les costó la cancelación de su concierto en el escenario pequeño y a todos los del grande un retraso de casi una hora.
El mayor inconveniente del día vino por esta segunda circunstancia, ya que el retrasar una hora uno de los escenarios y no el otro conllevó que se solaparan completamente la mayoría de las actuaciones (Chris Cunningham con Orbital o Love Of Lesbian con Madness, por ejemplo) y que hubiera incomodos momentos sin música en los dos escenarios. Nunca se sabe cómo actuar mejor, pero sin duda que fue incomodo sólo tener el retraso de un lado.
Aún asi con la actuación de los neoyorquinos Nada Surf, que contaron con Martin Wenk de Calexico al teclado y a la trompeta, tuvimos una de las actuaciones de todo el festival. El que no lo vea así es que no tiene alma. Sensacionales en su cortísimo minutaje, siendo capaces de ponernos a bailar con «Happy Kid», a sacarnos la vena positiva de «Always Love», a emocionarnos con la acústica «Blizzard Of 77» tanto como con la eléctrica «80 Windows», a versionear desde el corazón el «Evolución» de Mercromina, a versionear un clásico como «Enjoy The Silence» e incluso a tirar de rabia malsonante para acabar con «Blankest Year».
Se quitaron la espinita de su blanda visita por La Riviera (bueno, eso ya lo hicieron en Joy Eslava) poniendo a todos una sonrisa. Sensacionales.
Con el cambio llegamos a We Are Standard que ya estaban encima del escenario. Su concierto no era para esas horas, como era de esperar, pero sonaron algo lineales. A pesar de ello había mucha gente delante, y claro, a estos chicos hay que verlos cerca y con ganas de bailar. Quizás fue que no era el momento sin más, pero mucho mejor en otras ocasiones.
| LA CALMA ANTES DE LA LOCURA SKA |
A los chicos de Mystery Jets los vimos divirtiendo a la gente, pero en realidad nos resulta una propuesta demasiado vulgar. Con L.A. al menos tuvimos cierto aroma más alternativa que dio cierto respiro a nuestro factor más indie. Las versiones que se marcaron los mallorquines («Wicked Game» de Chris Isaak incluida) demostraron que son un combo con un directo muy bueno.
Con The Magic Numbers nos llevamos una grata sorpresa. Si sus discos pueden parecer algo lineales y ciertamente aburridos, su directo es una autentica muestra de saber estar y saber contentar. Impactante Romeo Stodart al frente de la banda, gozando de un sonido muy mejorable pero aún así muy disfrutable.
A Dorian no llegamos, porque era tiempo de cena antes del arreón definitivo que se pegaron los británicos Madness. Mentiría si dijera que no eran mi banda predilecta del cartel, todo sea dicho, pero aún así creo que su concierto fue lo que un concierto de este estilo debe ser: fiesta, karaoke, hooliganismo y buen rollo.
Considerarlos solamente como una banda de ska es muy desacertado, puesto que ellos son la combinación perfecta de la canción pop indie (no sólo están «It Must Be Love» y «Our House», que también estuvieron «My Girl» o «The Sun and The Rain») y la pura fanfarria festivalera («Baggy Trousers», «The Prince» o «House Of Fun»). Su comienzo con «One Step Beyond» y «Embarrasment» para cerrar con «Night Boat To Cairo» son ya clásicos perdurables en el tiempo, pero además se permitieron el lujo de tocar temas como «Wings Of A Dove» o «Chase The Devil» que no suelen caer. Para mí, el concierto del festival con permiso de Nada Surf.
Una pena perdernos a Love Of Lesbian, que según nos dijeron la liaron como siempre ante una muchedumbre considerable.
| FESTIVAL ELECTRÓNICO |
Ya sólo quedaba la fiesta electrónica, que comenzó al unísono con las actuaciones simultaneas de Chris Cunningham en el pequeño y Orbital en el grande. Viendo un poco de cada nos quedamos con la video-sesión que hizo el primero, al menos fue impactante, ruidosa y distinta. Quizás algo cargante y repetitiva, pero para eso mejor pasarse a ver terminar a Orbital.
La gente aparentemente no llegó a meterse de lleno en el show. El dúo de las cabezas luminosas estuvo muy a lo suyo pero quizás les faltó algo de fuerza y entrega, aunque de visuales andaron sobrados.
Para Fatboy Slim tuvimos que lidiar con la muchedumbre mas abrupta de cuantas vimos en el festival, en un set largo de casi dos horas que ni siquiera vimos terminar. Norman Cook estuvo muy bien, mejor que en Summercase 2006, aunque probablemente ayudara mucho que los que no controlamos demasiado de este mundillo no nos diera por esperar mucho temazo de los suyos.
Me atrevo a decir que fue el esperado fin de fiesta para todos, amanecer mediante.