Haciendo tiempo por la calle Arenal, me fije en un freak con bigote que andaba por allí. Resulto ser el telonero del concierto, Carlos Cros. No le conocía de nada pero con una gran voz, un carisma fuera de lo normal y una estupenda versión de «Sylvia» de los flacos (como el denominaba a los Sidonie), se convirtió en lo mejor de la noche junto a otro guitarra y trompetista. Himno como «Lo reconozco», o rimas como la de «sentir por un coño devoción» o «pegarse un buen revolcón», aunque nadie me crea, sonaron apropiadas con la voz-guitarra de este auténtico personaje.
Me había desplazado a Sidonie, más por trabajo que porque fueran un grupo que llamaran mi atención, pero superaron lo que esperaba de ellos. El escenario estaba decorado con uno cuantos girasoles y sobre la pantalla de Joy Eslava, se proyectaban en blanco y negro, personajes con bigotes (como luego apareció la banda), tipo Groucho Marx o Charles Chaplin. La primera parte se centro básicamente en repasar los temas más poperos de «Costa Azul», como el propio «Costa Azul» (tema según ellos compuesto en la ribera del Manzanares, entre las risas del público) o «Persona». Contra costumbre pudimos descubrir que el auténtico frontman de la banda es el bajista, Jesús Senra,. Luego el concierto entro en una fase más rockera con partes jam, pero sobre todo lo que más llamo mi atención fue un tema instrumental de total inspiración hindú. Mención especial también para «Dandy del extraradio», que me hace especial gracia, como habitante del mismo.
Además la disposición de la banda varió durante la primera parte. Algún tema como en una interpretación variada de «Sylvia», el batería abandonaba su instrumento en alto, para tocan en un ser más básico, dispuesta en primera línea. Hasta se unió a la música un dulcemele, con el que el cantante, Marc Ros, fomento un pique musical con el teclado.
Con la vuelta de los bises y «Giraluna», la banda monto su especial teatrillo, con el cantante disfrazado de Rey Girasol y el Axel Pi, disfrazado de florecilla, seguido del ya clásico «Fascinado». Fue el momento para las presentaciones. el comunicarnos que habían vendido todas las entradas por primera vez (otro concierto que llena en la capital) y el entrar en un momento de encantados de conocerse que ya no llamo mi atención. Aproveché para tomar posiciones para la salida, pero también me sirvió para descubrir lo muy diferente que suena el concierto según se este en uno u otro punto de Joy Eslava.
Salvo la fase final del concierto, el mismo me gusto y en partes, llegue a meterme totalmente en el mismo, lo que no es poco, ya que mis gustos musicales van por otros lados.
Enhorabuena a la banda por el concierto y por el sold out. Lo que sí se noto, es que la gente salió ávida de más conciertos, leyendo los carteles de próxima programación en Joy. De eso tuvo la culpa el buen concierto de Sidonie.