Hay veces que te enfrentas a conciertos dónde sobran las palabras, los repertorios y hasta las descripciones. Estás delante de pura historia de la música, de la cultura o del arte en general. De un pedazo de historia underground, ya que aunque a este lado del charco no ha influido igual que por EEUU, a Gil Scott-Heron hay que ponerle en su sitio indicado. En el del abuelo del hip hop. En el del Dylan negro.
Luego, dejando esto claro, ya podemos hablar de como es un concierto de Gil Scott-Heron en pleno 2010. Porque hay mucho que intentar explicar en esta mezcolanza de spokenword, comedia, soul, blues, jazz y hasta folk. Había mucho que alabar, pero también bastante que criticar (peyorativamente).
Lo primero es que si quieres apreciar todo lo que este entrañable artista muestra en vivo, has de entender un mínimo de inglés. Lo digo sobre todo porque tras su estelar aparición en escena, boina mediante, nos tocó un speech de mas de quince minutos a modo de monologo. Si, con chistes incluidos. Entre tema y tema, lo mismo.
Aun así merece la pena oírle hablar, porque ese magnetismo no se ve todos los días. Ese carisma con mayúsculas es de alguien muy grande… y muy simpático. La tónica general fue ese derroche de cualidades que hacían sonreír y embobar a todos. Ya sea inicialmente con él y su Rhodes, haciendo unas mágicas versiones de «Winter In America», «We Almost Lost Detroit» y «Work In Peace» , ya dejándose caer en segundo plano ya con banda de virtuosos. Tararear «Three Miles Down» con el, también fue algo esperado.
Podemos achacarle que esos largos paseos instrumentales en ocasiones hacían perder el variado ritmo del concierto e incluso que fueron abusivamente utilizados para que el propio Scott pueda descansar, pero la verdad que todo fue de un modo que el ritmo del concierto se mantuvo. Bueno, los parones entre temas con monólogos de Scott eran necesarios ¿No?.
Para acabar ponemos otra pega, muy grande: No se puede sacar un disco tan bueno como «I’m New Here» y sólo dejar caer «I’ll Take Care Of You», Scott. Aunque con ese carisma encima del escenario, como para decirle nada.