Pocas propuestas en el mundo del folk actual tienen mayor personalidad que la del cantante de Vermont Sam Amidon. Quizás en su formato de estudio la cosa no queda demostrada del todo, más allá de que en su reciente «Bright Sunny South» se atreva con una versión de Tim McGraw y otra de Mariah Carey, pero en directo salta a la vista.
A Sam le conocí precisamente como mejor se presenta esa personalidad musical arrolladora, en vivo, cuando la gira del Whale Watching Tour le trajo con escuderos nórdicos de lujo como Nico Muhly, Ben Frost y naturalmente Valgeir Sigurðsson. Ahí acababa de dar a luz su brillante «All Is Well», pero también hubo tiempo de ir viendo por dónde iría su siguiente trabajo «I See The Sign», quizás el disco más certero de su repertorio. Ahora tocaba presentar un disco de versiones, aunque tuvo a bien repasarlo por igual que a sus dos previas obras «All Is Well» y, como decíamos, «I See The Sign».
Bellas piezas todas ellas interpretadas con esa quebrada y débil voz que sin mediar palabra se tornaba en momentos pasajeros de locura, muy bien seguidos por el batería/teclista que le acompañaba. Curiosamente Sam nos estuvo comentando lo mucho que le había influenciado la música de Greateful Dead a la hora de dar vida sus canciones, desde el punto de vista de la improvisación y de la locura orquestada. Hasta hubo tiempo para que se tirase un par de minutos imitando los solos de guitarra de Jerry Garcia.
Un loco entrañable este Amidon que nos arrebató el corazón ante el respetuoso público del minúscula Teatro del Arte con versiones a flor de piel de «Way Go Lily», «How Come That Blood» o «Saro». Quizás sólo podemos poner la pega de la duración del concierto, quizás debido a que el simpático Sam nos hizo estar muy a gusto. Puestos a pedir, que la próxima ocasión incluya más músicos, como por ejemplo en esa visita con el Whale Watching Tour. Aunque sea lo que sea nos incluiremos una vez más a su séquito de seguidores.