/Crónicas///

Redd Kross – Bilbao (26/01/2007)

Steve McDonald, Jeff McDonald, Robert Hecker, Roy McDonald
8.3
Santana 27, 3/4 de sala
Precio: 19/23 €
Géneros: ,

Con el respeto que otorgaba a su vuelta el haber arrasado en el pasado Azkena Rock Festival, Redd Kross regresaban a Euskadi para presentar un cancionero que no debe quedar en el olvido. Esta vez era Bilbao la ciudad que les acogía en una exhaustiva gira que antes pasaba por Barcelona, Mallorca, Valencia, Madrid y Santiago. Llegaban con Robert Hecker y Roy MacDonald, la formación que grabó el «Neurotica» y aunque Redd Kross no parezca a priori un nombre multitudinario, lo fue lo suficiente para congregar a un digno número de seguidores en la más que amplia Santana 27, que reemplazó a la RockStar Live que fue opción inicial.

Para calentar el ambiente los McDonald se traían a unos completamente desconocidos Neon, australianos pero aprendices en toda regla del sonido de los californianos y otros adalides del power-pop. Nos regalaron casi una hora de canciones de su debut y agradaron, aunque fueron incapaces de recrear en directo la intensidad melódica de un disco notable. Tal vez se debiera a su básica puesta en escena en formato trío, dándoles un sonido más crudo y vacío y menos envolvente, confirmando eso sí la influencia de sus padrinos o Weezer.

Tras unos veinte minutos salían a escena los McDonald y arrancaban con la contundencia power-pop de «Lady in the Front Row» para, tras continuar con el aire sixtie de «One Chord Progression», mostrar su cara más «beachboy» en «Bubblegum Factory» y a continuación sumergirnos en los terrenos del punk con «Frosted Flake». Tras este más que correcto inicio vendría el momento más intenso de la primera parte del show, enlazando «Annie’s Gone» y la explosión guitarrera de «Jimmy´s Fantasy», dos de sus clásicos más coreados, de esos que les hacen figuras imprescindibles del rock alternativo de los 80-90.

Para este momento Redd Kross ya se había metido en el bolsillo a su público, en uno de esos conciertos en que quien no baila es porque no quiere, pero a la vez dando lecciones de rock a ratos más divertido, a ratos contundente. Ambos universos recoge «Neurotica», que hace gala a su nombre y después llegó el precioso momento de «Girl God». Se notaba a la banda disfrutar sobre el escenario, con Steve y su eterna sonrisa, Jeff más sobrio con su traje y mención especial para ese segundo guitarrista que ya se conoce popularmente como «gandhi»; calvo, con gafas redondas, pantalones muy por encima de la cintura y descalzo, la anti-rockstar.

La siguiente tanda tras dejar a este personaje hacer un rato de las suyas (descacharrantes intentos de versiones) llegaría de mano de la oscura «Crazy World» cuyo sencillo estribillo tuvo al público con los puños en alto, mientras la templada melodía de «Mess Around» nos hizo menear la cabeza al ritmo de la perfección pop. En radical oposición llegaría la destrucción hardcore-punk ‘n’ roll de «What They Say» para más tarde llegar a uno de los momentos más bailables en «Switchblade Sister» y la auténtica locura colectiva con la gamberra «After School Special», crecida en directo y supliendo ese piano por una vena aún más punk.

Una vez más demostrando lo sólido de una carrera en donde le han dado a casi todo en esto del rock, nos regalaban otro momento mágico con el dardo al corazón de «Love Is You», bien seguida del único tema que tocan de su más poppie banda paralela Ze Malibu Kids, «Your Bed». Y es que este era un concierto tanto para rockeros que valoran las melodías como para indies con un poco de respeto por las raíces, una comunión estilística y generacional que no muchas veces puede darse.

El final, más precipitado de lo que hubiéramos querido se dio con el punk de sus comienzos en «Linda Blair» y la elegante «Follow The Leader», imposible de no corear. A pesar de que regresaron dos veces al escenario, el concierto duró escasamente hora y diez minutos. Si bien el público quedó satisfecho con lo visto y escuchado, intentó en vano forzar una nueva salida, aunque sabiendo de los setlists en otras ciudades estaba claro que no había más. Toda una pena que no alargaran contando con ese pedazo de repertorio donde escoger.

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26 de enero de 2007