Dos grupos ingleses, de rock ambiental – progresivo, con más de diez discos a sus espaldas, en una sala pequeña, a los que la verdad, hacia algo más de un mes a los que había conocido, pero que después de escuchar “In Absentia” y “Deadwing” de Porcupine Tree y “A Fine Day to Exit” y “A Natural Disaster” de Anathema tuve el perfecto convencimiento de que era un concierto, que por nada del mundo, había que perderse, a pesar de los 26,5 euros de la entrada.
Con un poco de incertidumbre sobre la hora de comienzo de las actuaciones, porque, aunque parezca cachondeo, no lo es, en la página de los organizadores (Gamerco) se anunciaba a Porcupine Tree a las ocho, en la página de venta de entradas a las nueve, y en las entradas a las diez, no es de extrañar que cuando comenzaron a tocar Anathema, el aforo no llegaba a un tercio de la sala. Al final la hora de comienzo de las actuaciones fueron las ocho y media, y allí pudimos ver la sobria puesta en escena de los de Liverpool, encabezada por lo hermanos Cavanagh, con Daniel en segundo plano, y Vincent asumiendo todo el peso escénico. A mi su último disco, “A Natural Disaster”, la verdad es que no me entra especialmente bien, a diferencia de su anterior, “A Fine Day to Exit”, pero en directo, la voz de Vincent suena verdaderamente espectacular, y a todos los músicos se les ve completamente sobrados y acoplados.
Por ejemplo, en el disco el tema “Close”, con el vocoder en plan Cher, se me hace un auténtico tostón, pero en directo, la voz de Vincent, hace que te metas completamente en el tema y lo goces como una auténtica experiencia. Para que contar entonces, cuando Vincent interpreto “Flying”, en el que su voz ya suena espectacular en el disco, como puede sonar eso en directo. Lo mismo pasa con “Pulled under at 200 meter a second”, que en disco suena digamos que chirriante, pero que en directo se nota que engancha emocionalmente con el público e incluso conmigo, que ya digo que el tema en disco, no me gustaba. Pero cuando, por supuesto, más te metes y más te gusta el concierto, es cuando interpretaron temas de su “A Fine Day to Exit”, sobre todo con el espectacular soporte del “Release” por el bajista, que ya era un tema que me encantaba antes de asistir al concierto. Cerraron con una versión del tema “Confortable Numb” de Pink Floyd (a los que se recordó toda la noche). En suma, mal hicieron los que no se acercaron a primera hora a Aqualung, ya que por sí sola está actuación, merecía el precio de la entrada y si yo, que no me he metido especialmente en el último disco de Anathema, lo flipe durante la hora de concierto, no quiero pensar como lo debieron pasar los seguidores de toda la vida de esta banda.
Luego toco media horita de espera, y a las diez puntualmente (la hora de la entrada era la buena) saltaron a escena los Porcupine Tree, abriendo con “Deadwing”, para a continuación tocar “Sound of Muzak”, seguida de “Lazarus», apoyados por la proyección de imágenes en una pantalla, especialmente bonitas en “Lazarus” recordando la infancia. Tengo que decir, que en estos al inicio estuve un poco descolocado, porque por comparación, que no por otra cosa, la voz de Steven Wilson, mejor guitarrista para mi gusto, que cantante, perdía bastante en relación a la de Vincent Cavanagh. Pero el caso, es que una vez que uno dejo de ponerse a comparar voces, y centrarse en escuchar música, el sonido que desplegaron los Porcupine Tree, fue increíblemente perfecto, superior incluso a sus grabaciones.
Alucinante fue la parte de acordes metálicos de “Arriving Somewhere but not Her”, el inicio de “Halo”, con la proyección de las primeras frases en la pantalla, y sobre todo el tema que más me gusta de su reciente “Deadwing”, “Shallow”. Pero a pesar de que “Deadwing” es un disco que me gusta más, en conjunto, que en “In Absentia”, los mejores momentos del concierto, los viví sin duda con los temas de este su anterior disco. “Blackest Eyes” sonó tremenda, idem que “The Sound of Muzak”, pero especialmente “Trains”, con la que cerraron el concierto, creo que ha sido el tema en el que más me he metido en un concierto desde el de Pearl Jam en San Sebastián: era increíble como sonaba los acordes de guitarra de Steven al final de la canción. Todavía los tengo metidos en la cabeza.
Por criticar algo, se puede decir que la actitud en escena de la banda queda algo fría y distante, pero que leches, si una banda suena así en directo, me da absolutamente igual que salgan a tocar tumbados en una cama. A parte de la manera de tocar la guitarra del Sr. Willson, espectacular de principio a fin, en solos, en acordes, … del resto del grupo destacaría la manera de hacer las cosas del bajista Collin Edwin, un tipo bastante gris, que parece no estar haciendo nada pero que con su bajo soporta perfectamente todo el sonido de la banda. John Wesley, segundo guitarra, aparte de estar perfecto con su instrumento, en los coros era el complemento perfecto a la voz de Willson. Richard Barbieri (teclados) y la manera tan asincopada de tocar de Gavin Harrison (batería) acababan de completar el perfecto sonido de la banda. Con Porcupine Tree, la sala ya alcanzó los tres cuartos del aforo de Aqualung. Encima el set list que indico más abajo, no tenía ningún tipo de altibajo y llenó perfectamente la hora y media larga a la que se fue la actuación de Willson y los suyos.
En suma, actuación de sobresaliente largo, cuasiperfecta, tanto por los teloneros, Anathema, como por los propios Porcupine Tree, a los que no pongo la nota máxima, no porque no se lo merecieran por comparación con los otros grupos cuyos conciertos he comentado en esta página, sino porque habrá que reservársela para bandas con canciones más míticas, que es lo único que veo que les falta actualmente a Porcupine Tree, algunos temas que les haga romper definitivamente, para sacarlos de salas de tamaño reducido, porque por nivel musical y calidad de sus temas lo merecen más que sobradamente.