Ataviados solamente con una guitarra electroacústica, y presentando un formato peculiar de concierto en el que los unos se apoyarían en los otros para representar su respectivas canciones en solitario, el espectáculo ofrecido por Patterson Hood (Drive By Trcukers), Craig Finn (The Hold Steady), y Will Johnson (Centro-Matic), fue uno de esos conciertos que hacen de la sencillez, la honestidad, y los sentimientos básicos, su mejor reclamo. Amigos desde hace diez años, a Hood y Finn se les unía para esta ocasión otro buen amigo como Johnson que servía para completar un trío en el que cada cual albergaba unas características personales que servían como contrapunto al resto, a la vez que de viga de apoyo sobre la que sostener las canciones de sus compañeros.
Erigido como cabecilla, el country-folk con tendencias más campestres de Hood sería el que tendría mayor protagonismo a lo largo de la noche con la interpretación de varios de los temas de su reciente “Heat Lightning Rumbles in the Distance”. Si bien esto no era un monólogo, ni mucho menos, y la presentación de “Clear Heart Full Eyes”, de Finn, así como los temas de Johnson, tuvieron prácticamente el mismo protagonismo, funcionando así el evento como una democracia en la que unos y otros se iban turnando para tomar la palabra. El líder de The Hold Steady con su primer tema “Jackson”, y su estilo íntimo y minimalista (el que más de los tres), levantó los primeros elogios a destacar, mientras Johnson emocionaba con su desgarro y emoción, y la interpretación de unas piezas, las suyas, que acentuadas por su voz rota llevaban al teatro hasta un silencio absoluto. “(Untold pretties)” o “Depression Era” iban sonando en voz de Hood, a la vez que Finn reía y bebía whisky a palo seco, o Johnson se esmeraba por arreglar de forma básica las piezas con coros, o una pandereta. Así volvió a llegar el turno de las graves y secas cuerdas vocales de Finn que con la bonita “New Friend Jesus”, conseguía recuperar su protagonismo tras haber abandonado el escenario durante unos minutos. Y a partir de aquí una sucesión de momentos mágicos con divertidos discursos, emocionantes spoken word, o la interpretación de temas como “Just to Know Waht You´ve Been Dreaming” por parte de Johnson, que lograba una de las mayores ovaciones de la noche.
El buen rollo entre los tres se desprendía de los continuos guiños, saludos, y bromas, pero sobre todo de las sonrisas que compartían cada vez que uno u otro arrancaba o terminaba una canción. La crudeza de los temas de Finn en su versión más austera fue ganando enteros, y con “Western Pier” o “Apollo Bay”, nos sobrecogía gracias a la visceralidad controlada de su interpretación, mientras sus acompañantes le observaban visiblemente metidos en unas piezas honradas y llenas de vulnerabilidad.
Y como todo en la vida llegaba el momento, tras cerca de hora y media de actuación, de llegar al final del concierto. Era tarde ya en el Teatro Lara, pero siempre quedaría tiempo para un tema de cierre que terminó por enloquecer a un público que sobrecogido durante toda la actuación, ahora se soltaba la melena para corear una vez más aquello de “And I never saw Lynyrd Skynyrd but I sure saw AC/DC, With Bon Scott singing, «Let There Be Rock Tour». With Bon Scott singing, LET THERE BE ROCK!”, de la mítica “Let There Be Rock”, de Drive By Truckers. Momento culmen, con Hood, Johnson, y Finn, en pie para dar las gracias a los que desde el patio de butacas coreábamos tan vitalista canción, y forma ideal de terminar un concierto lleno de sentimientos y emociones, pero del que sería imposible salir sin ser como mínimo, un poquito más optimistas que antes de entrar.