No se las veces que me quedan por hablar bien de conciertos de El Páramo, pero confío en que sean por lo menos tantas como las que ya llevo a mis espaldas. En esta ocasión volvieron a salirse con la suya ante un ambiente festivo y cargado de hooliganismo, con especial mención a los temas más acelerados y menos carga psicodélica, como un par de temas nuevos y «Jupiter».
Aún así comenzaron su set con otro tema nuevo, esta vez si centrado en la carga progresiva del stoner más ambiental, ayudándose de una Boite que sonó a la perfección. Nada que ver con cómo terminó la cosa, con pogos, empujones, invasión de escenario, Jorge haciendo sólos de guitarra por encima del público y todo lo que se debiera asociar al rock más pesado. Que sigan arrasando con cada concierto, que no nos cansamos.
Antes de todo esto aparecieron en escena Codo, sensacional dúo que une los talentos de Jaime de Adrift a la batería y Julito de Louded y Burbujería al bajo. El resultado de lo que fue su primer comienzo no pudo ser más alentador, aunque jugasen en casa, puesto que su propuesta potente y divertida contentó a todos.
Está claro que lo que tratan de hacer Codo lo llevan mucho tiempo haciendo otros grupos (Tweak Bird, Death From Above 1979 o Lightning Bolt, por decir tres distintas), pero ciertamente se nota que el aire más clásico de temas como «Tirabuzón» les da un aire lo suficientemente fresco como para confiar en que el álbum que nos van a regalar en breve los sitúe entre lo más sorprendente (y sexy) de este año que comenzamos.