/Crónicas///

Paradise Lost – Madrid (17/09/2007)

Nick Holmes, Gregor Mackintosh, Aaron Aedy, Steve Edmondson, J.Singer
7.5
La Sala Live!!, 3/4 de sala
Precio: 27 €
Géneros:

The Enemy
Gothic
Ash&Debris
No Celebration
So Much Is Lost
Pity The Sadness
Praised Lamented Shade
Enchantement
Requiem
Grey
Unreacheable
One Second
Never For The Dammed
Over The Madness
Say Just Words

Primera visita a la madrileña sala La Sala a un concierto, local que ya conocía de copeo, en el barrio de Carabanchel. Local cómodo para unas quinientas personas, en el que no nos escatimaron el aire acondicionado, de techo bajo, como tiene que ser, pero eso sí y como viene siendo habitual, nos cascaron cuatro euros por una Heineken y algunas columnas por el centro estorban un poco la visión, pero, en general, se tiene una buena visión del escenario. Esperemos repetir en La Sala, porque me gustó el sitio.

Respecto a los teloneros no hubo tiempo de ponerse a escucharlos, después de haberse anunciado previamente a Pain. Un lujazo que fueran dos bandas internacionales.

Los primeros los canadienses Neurosonic, practicaban un rock industrial – dark rock, algo ochentero. No me sonaron nada mal, así de primeras, pero el público, en general, todavía no había calentado motores. Llamativas las pintas entre emos y new romantics y también el ver como el cantante – guitarra cambiaba seis veces de guitarra en los seis temas que interpretaron. Dinero no les falta. Me parecieron un grupo a tener en cuenta y al que habrá que echar un oído a su único disco, editado además este año, Drama Queen.

Todo lo contrario que los primeros teloneros, Eyes of Eden. No se si en disco me ocurriría lo mismo, pero en directo me aburrieron. Era el típico grupo de chica cantante más rudos metaleros, con la diferencia que del bajo también se ocupaba otra chica. En la cantante y en las canciones residía todo el problema. Ni la chica tenía una voz espectacular, ni las canciones tenían unas líneas melódicas identificables, como las de, por ejemplo, Paradise Lost. Y por si fuera poco, tampoco tenía nada de soltura en el escenario. Si al menos me hubiera parecido atractiva … Fue un buen momento para descubrir el precio de las Heineken en La Sala.

Después del bajón soportado, había que remontar con una banda mítica que han editado ya once discos de estudio, en sus veinte años de carrera, que la verdad, es que se les notan físicamente a la banda. El concierto se inicio con el single de In Réquiem, The Enemy. Aquí ya se notaron dos de las únicas tres circunstancias criticables del concierto: el uso de pregrabados (un teclista no estaría de más) y Nick Holmes, algo falto de voz y demasiado parado. Lo de la voz se notó más en el segundo tema, Gothic, en el original en voz gutural y en el concierto con voz normal, no se si por imposibilidad o por necesidad, con las voces femeninas pregrabadas, pero eso sí, con la banda excepcionalmente acoplada. En especial hay que destacar, a Mackintosh, clavando los solos y llevando todo el peso escénico de la banda. Con estos dos temas la línea del concierto estaba marcada. La banda anda sobradísima de repertorio y de buenísimas canciones y la conexión temas míticos – público tenía que producirse, a poco que hicieran y se produjo, sobre todo en temas como No Celelebration, Pity the Sadness, Enchantement, Grey o One Second, con el público coreando las letras. No deja de ser curioso como el grupo puede pasar de interpretar temas tan a lo Depeche Mode como So Much Is Lost, a temas tan energéticos de su primera época como Pity The Sadness, sin que se produzca ningún tipo de choque en la coherencia del set list.

Doce temas constituyeron el primer bloque, con Holmes bebiendo más agua que todo un pelotón ciclista. Los bises con Never For The Dammed, Over The Madness y Say Just Words, dejaron muy buen sabor de boca, pero y ahí está la tercera crítica al concierto, quince temas se me antoja un set list muy cicatero para la saca de temas memorables que tiene la banda. No pongo lo que a mí me faltó, porque haría la crónica interminable. Los temas elegidos, impecables, pero tocando quince temas sólo, tenían que serlo, bajo pena de muerte.

No había visto nunca en directo a Paradise Lost y a pesar de las críticas, con los temazos que tocaron y la claridad de sonido que sacaron, salí más que satisfecho del concierto con muchísimas ganas de repetir las canciones en mi reproductor. Espero que haya más oportunidades de repetir la experiencia y poder escuchar en vivo todo lo que se dejaron en el tintero.

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17 de septiembre de 2007