Presenciando conciertos como el que nos ocupa, se me vienen a la cabeza dos ideas. La primera es que gracias a Internet fundamentalmente, grupos que prácticamente no suenan en radio o t.v., logran hacerse escuchar, como el caso de Nothink, que ha logrado a base de la inteligente promoción de Aloud y por supuesto también, a dos grandes discos, hacerse un nombre en la capital, tanto que a estas alturas, produce cierto gusto ver a unos Nothink, anunciados en la web del Electric Weekend, con los mismos honores que Metallica o R.A.T.M. Pero toda moneda tiene su reverso. Cualquier grupo llena, pero muchas veces, se llena por un público que está más ávido de figurar en nómina que de escuchar un concierto. Y en estos conciertos pequeños de 6 euros (menos de lo que cuesta un cubata en la mayoría de los pubs madrileños), ocurre mucho más. Se esta convirtiendo en algo habitual, el ver a gente que “pasa” del escenario y que formando corrillos molestan a los que si vamos a ver el concierto.
La segunda idea es saber bajo que criterios se eligen a los teloneros de las bandas. En este concierto estaba claro que los que llevaban al público eran los triunfadores de la escena alternativa nacional del año, es decir, Nothink. Lo que cierto es que Spit, un grupo de pop acelerado y letras obvias, pintaban poco ahí. Los chicos lo intentaron con unos estribillos propios de los Hombres G, con una música que buscaba la instantaneidad, pero la impresión general es que el público pasó bastante de ellos. Vivieron sus mejores momentos con un “medley” de temas sesenteros, pero no llegaron a calar en la Sala Sol. Quizás con un público más específico la cosa les hubiera ido mejor.
A Nothink les volvió a pasar un poco lo mismo que en el último concierto en Moby Dick. El concierto en la parte de atrás estaba muy perjudicado por los corrillos, pero en todo lo demás aspectos superaron ese concierto. Enumerando las virtudes, puede decirse, en primer lugar, que sacaron un sonido mucho más contundente y en segundo lugar, el centrar más el repertorio en su segundo y extraordinario disco, Spotlights, fue todo un acierto. El tandem “Polaroids” y sobre todo, “Skyline” (que no sonó, por ejemplo, en Moby Dick), fue tremendo. Es difícil llevar a directo con sólo tres instrumentos la variedad de su último disco, pero, francamente, lo consiguieron. Por el contrario, para que su directo suba a cotas mayores, todavía les falta un punto más de presencia en el escenario. La puesta en escena, se centra, sobre todo, en Juan Blas, pero al ser guitarrista y cantante, valga la redundancia, de los que cantan muy bien, su movilidad queda muy reducida. Quizás debieran plantearse la presencia de un segundo guitarra de apoyo en directo. Además en esta ocasión, al no contar con excesivas limitaciones de horario, pudimos contar con unos bises y un gran cierre con “Mr Smile”, con los habituales pogos en las primeras filas.
En definitiva, mejor concierto en todos los niveles que el de Moby Dick de diciembre. Están ya anunciados para febrero junto a Delamarca y Virgen dentro del Menage Tour, al que también asistiremos, además de cómo teloneros de Beatsteaks en Marzo y como se ha comentado en el Electric Weeken en mayo. La banda está creciendo, pero corren el riesgo de saturar al público madrileño. ¿El salto a Europa se está haciendo necesario?.