Esperado para algunos y obviado por otros. Así se presentaba el concierto de todo unos pesos pesados del rock independiente desde finales de los 70. Y es que una banda de la talla de NOmeansno no se ve todos los días por aquí.
Los canadienses aparcaron la furgoneta justo en la puerta de la sala y entraron por la puerta a la vez que entramos unos cuantos. Resulta curioso ver gente como este trío de «abuelos del rock» estar por allí pululando sin ningún ego de por medio y luego ver a alguien como Damon Che de Don Caballero con el mismo ego por las nubes. Al entrar la sala presentaba un importante vacío, aunque sobre todo debido a las considerables dimensiones de una sala como Caracol, aunque en seguida se lleno hasta algo más de la mitad.
Sin apenas retraso, los canadienses salieron a escena y tras una extensa introducción con el tema «Llorando» de Mullholland Drive de fondo nos metieron de lleno con una abrumadora versión de «The Gravyard Shift» de uno de sus discos más recientes, que nos demostró que tanto los hermanos Wright al bajo y batería (y a las voces andaban en muy buen estado de forma). Como era de esperar, el repertorio de la amplia mayoría del concierto se centro en temas de su último disco, «All Roads Leads To Ausfahrt». Temas como «Mr. In Between», «Ashes» o «I’m Dreaming And I Can’t Wake Up» que son sin duda de los temas mas en el sonido habitual de estos canadienses, pero por otro lado de los menos interesantes de este reciente disco.
También en esta primera parte vino un tema de la talla de «The River» que nos puso a todos una muy buena sonrisa en la boca y fue animando mucho a la gente. Hay que reconocerles que este disco nuevo es realmente colosal, pero que en general a la mayoría del público le cortaba el rollo no conocer las canciones. Todo empezó a cambiar mientras se gozaba de temas míticos como «Rags And Bones» o «Now» cuando fueron irrumpiendo temas nuevos como «‘Til I Die» o la extensísima «Heaven Is The Dust Beneath My Shoes» con las que realmente fueron ganándose al público.
La actitud del trío era realmente de verdaderos «cracks» de la música. Jamás serán hiperconocidos, de hecho su mejor momento en popularidad paso hace mucho, pero da gusto ver gente rondando los 40/50 años pasándoselo tan bien tocando delante de un numero de gente no demasiado excesivo. Como decíamos, tanto Rob al bajo y la mayor parte de las canciones como cantante como su hermano John a la batería y las restantes canciones a la voz, nos mostraron un par de músicos virtuosos como pocos a la hora de tocar. Realmente impresionante la manera de usar la púa por parte de Rob y genial como siempre la batería de John en el lado derecho del escenario. Tom siempre algo más a la sombra se destapó el más simpático y gracioso entre canción y canción. Memorable el momento en que dio las gracias a Jello Biafra por abrirles el show o el otro momento punk con su «This song is for the kids».
La parte final (dos bises incluido) del show de mas de hora y media que nos brindaron fue calentandose cada vez mas, aunque un excesivo numero de canciones seguidas del reciente disco lo enfrió un poco. A pesar de eso, los que disfrutamos con «All Roads Lead to Ausfahrt» seguimos disfrutando de «Mondo Nihilissimo 2000», «Slugs Are Burning» o «The Hawk Killed The Punk» y sobre todo de la divertidísima «So Low» que ellos presentaron como «Solo». Mención aparte la desquiciado cover de «Let’s Dance» de Ramones.
Aunque si algo destacamos de estos bises fue la primero «Big Dick» con una lección magistral de los hermanos Wright a su instrumento y una memorable actuación de Tom a las voces. Realmente de los mejores momentos vividos este año delante de un escenario con todo el mundo bailando y cantando. El otro momentazo, algo menos memorable, pero igual de bailado y cantado fúe «The Fall».
Así que, aunque no finalizaron con este par de canciones tan memorables, el concierto en sí fue suficientemente memorable para que la gente poblara el puesto de Merchandising y que algunos nos fuéramos camino del Metro con una amplísima sonrisa. Ojalá vuelvan pronto y se centren menos en su disco más reciente, ya que es inevitable acordarse de temas tan míticos como «Angel And Devil», «Theresa, Give Me That Knife» o «Oh no! Bruno!».