La asistencia de público a un concierto es aleatoria. Hace un par de años se presentaban Monster Magnet en la misma sala, después de unos cuantos años sin hacerlo, y presentado un nuevo disco mejor que el actual, “Mastermind”, y costando las entradas veinte euros, la sala no presentaba una entrada espectacular. En esta ocasión se trataba de un lunes, con nieve por la mañana, pero sobre todo con el anuncio del abandono del carismático Ed Mundell, antes de la gira, todo ello unido al alto precio de las entradas, veintiocho euros. Y encima coincidiendo con un Real Madrid – Barcelona. Pero al final, la cosa comenzó algo vacía con Seventh Void, pero se acabó llenando con Monster Magnet. Ver para creer.
Seventh Void cuentan entre sus filas con dos de los miembros de Type O Negative. El cantante-guitarrista, Kenny Hickey y el percusionista, Jhonny Kelly. Les tocó, primero lidiar con una sala que se iba llenando poco a poco y por otro lado, con un sonido bastante peor que el de Monster Magnet, aunque mucho mejor del que nos tiene acostumbrado la Sala Heineken. El problema de su directo fué el mismo que el disco. Muy buenas canciones, pero los temas son bastante reiterativos dentro de ellos y entre ellos, aunque temas como “Heaven is gone”, que da título al único disco de la banda, o “Broken Sky”, son de auténtico nivel. Lo mejor del directo fue un Kenny Hickey, perfecto a la voz, recordándonos a todo un Chris Cornell y lo peor, la parte no Type O Negative, en especial, la sobreactuación del bajista. No obstante, fueron unos teloneros de auténtica altura, para lo que vendría después, a los que nos gustaría volver a ver con un repertorio más amplio, y sobre todo, algo más variado.
Monster Magnet se presentaban con dudas. La primera la solventó el habitual técnico de sonido que acompaña a la banda, al que le hago reverencia, Tim Cronin, sacándo el mejor sonido que he tenido el gusto de escuchar en la Heineken. La segunda, es que en ningún momento se notó la ausencia de Ed Mundell. El duo Garret Sweeny y Phil Cavano brillaron a grandísima altura. Y la última el estado de forma del propio Dave Wyndorf. Algo menos horondo que en la anterior ocasión, pero con mucha mejor voz. Y lo mejor es que ha sabido dejar todo el protagonismo de la banda al resto de los músicos. Ahora mismo el auténtico frontman de la banda es Jim Baglino, y Dave Wyndorf sabe permanecer en segundo plano, cuando el resto de la banda se dedica a lucirse.
El concierto comenzó, ya marcando pauta con uno de los temas más psicodélicos que he tenido ocasión de escucharles, “Nod Scene”, demostrando ya toda la fuerza instrumental que atesora la banda. Siguieron dos grandes clásicos como “Tractor” y “Dopes To Infinity”, pero cuando ya supimos que este concierto iba a ser definitivamente grandísimo fue cuando interpretaron un “Dig That Hole”, de su último disco, sonando a la altura de los clásicos. Ahí estuvo uno de los poderes del concierto, el que lograran que los temas del decepcionante “Mastermind”, sonaran tan grandes. “Hallucination Bomb” y “Gods And Punks” en los bises, son de lo más salvable del disco, pero es que hasta el mencionado “Dig That Hole”, levantó el coreo del público y “Bored With Sorcery”, no desentonó para nada entre los grandes temas. Y si esos temas estuvieron perfectos, los grandes clásicos como “Medicine”, “Look To Your Orb For The Warning”, “Space Lord” (que cerró el primer bloque), “Crop Circle” o sobre todo un “Powertrip” genial para cerrar, desataron el éxtasis entre el público. Los temas también tuvieron variantes sobre el disco, destacando sobre todo las partes instrumentales, con Dave dado la vuelta, pero regalándonos en las partes vocales, con una voz como en sus mejores tiempos.
Al final, suelen ocurrir siempre estas cosas. Que cuando a una banda la das por enterrada y menos te esperas, al final te encuentras un conciertazo de época, inolvidable e imperdible. Ni una sala que ha deslucido tantos conciertos, pudo empañar mínimamente un concierto como el de Monster Magnet, en el que sonaron geniales y brutales, de principio a fin del mismo. Una sonrisa de oreja a oreja, me produjo el ver que una de mis bandas favoritas, siguen partiendo la pana.