/Crónicas///

Moho – Madrid (02/12/2010)

9.2
Gruta 77, 3 / 4 de sala
Precio: 6 €
Géneros: , ,

Cartel inigualable, incluyendo las que son sin duda las dos mejores bandas del metal nacional, o al menos del madrileño. Si, inigualable, a pesar de que todos los hemos visto dos mil veces, pero poco importa eso cuando el asunto funciona, y cuando una sala con tan buen sonido entra en acción. Se puede decir que, de la multitud de veces que hemos visto a estos chicos, nunca jamás habíamos visto una sala hacer sonar tan nítido, claro y detallado a ambos grupos.

Adrift sonaron con menos pegada, pero con una claridad que nos hace admirarlos aún mucho más. Cada instrumento se apreciaba nítido, claro y con distinción. La entrega del grupo, pues también la de siempre, con el suficiente buen rollo y colegueo entre temas pero con las habituales dosis de precisión y fuerza. Al final hicieron una versión que desconocía, pero antes sonaron unas perfectas y únicas (por lo del sonido) versiones de «Ramses» y «Berzocan’s Bells» por decir dos. Esta vez ganó el sonido y la ejecución al componente lúdico, y nosotros lo aplaudimos como siempre.

Lo de Moho pasaba por ser la gran novedad, ya que presentaron muchos temas que irán en futuras grabaciones. Llevan haciéndolo desde que volvieran en verano a la palestra, pero para un servidor era una novedad muy importante poder disfrutar de temas nuevos, entre los ya clásicos ya tan queridos cómo «San Mames».

No sabemos si es todo culpa de un Iñaki que siempre ha estado metido en el punk, o cosa general, pero la etiqueta puramente doom se les queda ya fuera de sitio visto lo visto. Los temas nuevos aprovechan muy bien las virtudes de su batería a la hora de acelerar el proceso, tirando más de riffs intrépidos que de la parsimonia-doom de su habitual sonido. La idea creo que los puede hacer muy grandes, al menos de cara a tener un repertorio mucho más variado, siempre moviéndose cerca del legado Black Sabbath, claro.

Gracias Moho. Gracias Adrift. Aunque sólo sea por verlos disfrutar en todos y cada uno de los conciertos que dan, merece la pena pasar sueño a la mañana siguiente o directamente volver a verlos una y otra vez.

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2 de diciembre de 2010