/Crónicas///

MF Doom – Madrid (02/11/2011)

4.2
Matadero (Red Bull Music Academy), Lleno
Precio: 10 €

Pocas veces tanta expectación por un concierto se convirtió en un clamor en contra de la actuación de un artista como con la del rapero enmascarado de MF Doom del otro día en el Matadero de Madrid. Sin duda alguna se ha ganado por méritos propios ser uno de los artistas que más apetecía ver en la recién inaugurada Red Bull Music Academy de Madrid y más aún si cabe gracias a los precios populares anticrisis que han decidido utilizar sus programadores.

Llegada al Matadero y lo primero que se veía era un cartel indicando el soldout. Dentro del Matadero, al acceder a la Nave 16 dónde se celebraba el evento, también un gran tapón en forma de cola nos hacía ver la expectación. Caras conocidas del mundo del hip hop local y gente de todo tipo con ganas de ver a uno de los MC más versátiles y heterogéneos de los últimos tiempos. Todo esto era lo que nos hacía presagiar que verdaderamente esa noche iba a ser muy «Doom’s day». Pero no fue así.

Primero Tres estuvo pinchando una sesión de hip hop realmente variada, que aunque no caldeo el ambiente porque la gente aún andaba entre que entraba y se pedía una cerveza – o una bebida energética en este caso –  gustó bastante entre los dos públicos que habitaban la nave: los puramente hiphoperos y los que tenemos este tipo de música sólo como ungusto más. Sonó con mucha destreza desde el «Shimmy Shimmy Ya» de Ol’ Dirty Bastard hasta el «Yonkers» de Tyler The Creator, entre algún que otro devaneo por el otro baúl de los recuerdos oldschool, así que no se pudo pedir mucho más.

Con el cambio de platos vimos aparecer un dj blanquito que no tenía mucha pinta de ser el de MF Doom, como los horarios marcaban. Tampoco era por su color de piel, era porque de sus platos salía electro, house y hasta algo de rnb pero no salía mucho hip hop. La gente se había arremolinado frente al escenario porque tocaba ver la actuación principal. Efectivamente, el cierre programado con Sander Mölder se pasaba con colador entre la actuación de Tres y DOOM. Cuando su set de apenas media hora terminaba, entre algún que otro abucheo por el retraso horario (serían casi las once y media de la noche) y las palmaditas de disculpa o consuelo de algún miembro de la organización, la decepción asomaba por todos los poros de su piel.

Doom por fin apareció y resultó bastante campechano en una primera toma de contacto, con su enorme barriga por delante. Parecía que él no tenía pinta de haber tenido nada que ver con los cambios horarios – no sería el primer artista que no quiere a nadie cerrando la velada que no sea él mismo – pero alguna duda empezamos a tener con el pasotismo que demostró durante todo el concierto. Si, tuvimos algunas de las mejores y más celebradas piezas entre el amasijo de hierros del Matadero: «Hoe Cakes», «One Beer», pinceladas del «Madvillian» que hizo con Madlib, recuerdos al «DangerDoom» que hizo con Danger Mouse y sobre todo «Hoe Cakes» y todo lo que sonó de «Born Like This» como lo más destacado. Pero no, fue insuficiente.

Allí había un colega MC pero no había dj, sólo él lanzando las bases cada diez o quince minutos, perdiendo totalmente la gracia de compenetración y musicalidad que se presupone a un show de este nivel. Esta especie de sesión de karaoke enmascarado mostró un espectáculo enormemente cuadriculado, que seguramente repetirán noche tras noche. Un concierto sin alma, a pesar de que DOOM se mostrara muy charlatán y animado con la gente en los primeros compases del concierto. Pero entre la actuación en si misma, la espera y que el sonido estaba bastante emborronado no hubo por dónde ver triunfar al señor de la máscara.

Al final, tras dos bises atropellados y algo desconcertantes abandonamos todos el Matadero con el tiempo justo para los que usamos el Transporte Público de llegar a casa. Nos quedaremos con el Metal Face Doom de los discos, que ese ni nos falla ni nos hace trasnochar tanto un miércoles.

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2 de noviembre de 2011