Otro concierto más al que acudimos a la peculiar y familiar sala La Faena, que según nos han comentado es más que posible que tenga que echar el candado a la programación próximamente. Una pena que un sitio con una acústica tan buena y unos precios tan adecuados, tanto de entradas como de bebida en el interior, desaparezca, pero la verdad es que era algo que se esperaba para más tarde o más temprano.
El concierto de Muerdelágrimas no lo pudimos ver entero, pero por lo visto y escuchado, se reafirma la impresión de que es una banda para ver en vivo, con mucho mejor sonido y maneras que lo que se puede intuir en «Enterrar a una madre», además apoyados por la posibilidad, en esta ocasión, de usar el equipo de proyecciones de Mentat para acompañar a su música. Como ejemplo claro, la voz que suena mucho más potente en directo que en disco. Muy buen bolo el de los madrileños que cerraron con mi tema favorito del repertorio, «Turbo Conga Melancolía», con ese ritmo tan característico.
En el underground español se mueven muchísimas cosas y cada vez más buenas. Lo de Mentat en La Faena fue un apoyo absoluto a esta afirmación. Sonaron verdaderamente geniales. Llamativo es el hecho de que el batería además de ocuparse de la misma, también se ocupase de los teclados y a pesar de ser sólo tres en el escenario, más un cuarto fuera de él, encargado de lanzar las proyecciones más adecuadas a cada momento de su música, el conjunto sonó atronador en la línea de grandes bandas como Neurosis o Envy. Lo curioso del asunto fue que no fui capaz de reconocer en vivo ninguno de los cuatro temas interpretados. Charlando al final del concierto con los miembros de la banda, comentaron que realmente ninguno de los temas interpretados estaban aún grabados y que habían guardado para el final uno de los temas de «Amarillo Abisal«, pero que por razones de tiempo, no habían llegado a tocar. A pesar de eso, hay que decir que esos cuatro temas interpretados a dos voces, y a pesar de lo pesado y oscuro de los temas de Mentat, llegaron inmediatamente al público que allí nos encontrábamos. De haber tocado temas más asimilados, aquello hubiera sido aún más apoteósico de lo que fue.
El concierto de Muerdelágrimas, fue la reafirmación de que son una banda muy a tener en cuenta, sobre todo en directo. Mentat dieron toda una lección de que tenemos cada vez más y mejores bandas dentro del underground, del que Mentat, son decanos. No en vano, llevan más de doce años tocando juntos y eso se notó en el escenario. La única nota triste es que posiblemente el de ayer sea mi último bolo en La Faena. Una verdadera pena.
