Maderacore hacía en casa la presentación de su nuevo disco, «La Importancia de Llamarse Humano», que venía a ratificar o echar por tierra lo visto en su prometedora maqueta que tuvo bastante buena acogida entre el público, el underground se entiende. Y que el acto tuviera lugar en una sala Rock Star y no en un gaztetxe o local de menor aforo no era más que una pista de que aún tienen mucho que crecer.
Abrieron Denegro Partizan ya viejos amigos de Maderacore, con quienes han compartido bolos aquí y allí, en Barcelona. Su música comparte con la de los bilbainos el caracter principalmente acústico y las difícilmente superables comparaciones con Standstill. Sin embargo, los catalanes tienen por así decirlo un componente más setentero, algo que hacía entrever un poco la imagen de la banda. Fases progresivas, momentos de balada, catarsis instrumentales, son algunos de los elementos con los que Denegro Partizan se diferenciaban de los anfitriones. Buen concierto pero yo siempre he sido partidario de que los relevos en los conciertos tengan un sonido más distante entre sí ya que la sensación de cansancio de escuchar a dos grupos de similares parámetros, hace mella.
Después saldrían Maderacore y pronto descubriríamos que el cambio de sonido evidente en disco no era un gran escollo en directo. Igual es pronto y algo injusto para determinarlo pero lo que pareció claro en aquel momento fue que las canciones de la maqueta siguen siendo la parte más insigne de su aún limitado cancionero. Aunque hay que decir también sin exagerar que la naturalidad y la simpatía de esta gente sobre el escenario es un punto fuerte de su propuesta. Esto junto a la presencia y lo accesible de sus canciones parecía propiciar un buen número de féminas en el concierto, un detalle que sobrepasa lo anecdótico ya que puede ser precedente de un salto de la banda al mundillo del pop indie con la popularidad que ello conllevaría.
Pero no vendamos la leche antes de ordeñarla. Lo cierto es que en concierto queda claro que los mejores momentos son en los que la linealidad de las cadenciosas lineas melódicas y voces templadas son rotas por repentinos gritos y consignas que efectivamente aportan un toque de riesgo «punk». Y es por ello también que resaltan pequeños hits como «Ropa Mojada» o «El Ebanista», pero también «Irónica tu» o «Humus», que registran pequeños momentos de mayor agitación. Y es que ahora mismo, el único pero que puede ponérsele a la música de Maderacore es la cierta repetición a nivel rítmico con canciones que utilizan tempos muy similares.
De lo que no cabe duda es que en directo dejan un muy buen sabor de boca y el número nada desdeñable de amigos y oyentes que reunieron en la Rock Star pese a coincidir de pleno con partido del Athletic además de concierto de todo un Leonard Cohen, es buena prueba de ello. Pronto tendrán una prueba de fuego teloneando a Love of Lesbian, fecha señalada que podría marcar un antes y un después en la expansión de la banda, que aún desde la modestia y la sencillez de su música, está preparada para abrir una nueva etapa.