El viernes la cosa empezaba con buena letra en el escenario grande. No podemos decir que Stereophonics estén precisamente en su mejor momento ni artístico ni discográfico, pero a lo tonto se han ido labrando un cancionero de lo más interesante en cuanto a bandas britpop todavía en activo. Gran concierto. El caso de Temples en el segundo escenario fue totalmente el opuesto: formación nueva, corta edad de sus miembros, sonido de corte psicodélico… Pero el resultado fue de calidad similar, sobre todo cuando aparecían en escena temas tan redondos como «Sun Structures», «Shelter Song» o «Keep in the Dark», aunque los temas nuevos que presentaron sí que prometen seguir la senda del buen hacer que estos jovencitos iniciaron hace un par de años.
El concierto de Jane’s Addiction cosechó un aforo algo difuso. Si bien la cosa empezó con bastante gente agolpada frente al escenario principal, al final entre el partido de España en la Eurocopa y el concierto de León Benavente consiguieron dejar la explanada de público bastante desangelada. Y no nos sorprende que la banda de Perry Farrell de pereza a un tipo de público muy indie-pachanguero, pero si a un tipo de público quizá más de corte alternativo/90s. El concierto que nos brindaron fue verderamente estupendo, seguramente el mejor de sus últimas visitas, entre otras cosas porque se marcaron de principio a fin esa obra clave que es “Ritual de lo Habitual”. Es cierto que tocar el disco en riguroso orden causó algo de excitación inicial (“Stop”, “Obvious” sensacional o “Been Caught Stealing”) que se disipó hacia el tramo final del trabajo, cuando la densidad y los pasajes más calmados aparecieron. Por suerte los bises volvieron a reclamar la atención de todos, entre temas más recientes como “Just Because”, clásicos como “Nothing’s Shocking” con un espectáculo visual sensacional (dos chicas permanecieron colgadas por sus hombros desde el techo del escenario) para cerrar de muy buen ánimo con el clásico “Jane Says”.
El concierto de Jane’s Addiction se había retrasado un poco por culpa de la agrupación La Fura des Baus, que había sacado por enésima vez su muñeco gigante, así que Band of Horses empezó inmediatamente su concierto en cuanto Perry Farrell decía adiós con la mano. Sin duda, una alegría que esto pasara, porque lejos de ser un concierto de festival aquello pareció un concierto propio con un setlist extenso y perfectamente seleccionado. Nada más y nada menos que seis temas de «Cease To Begin» («Cigarettes, Wedding Bands» para comenzar, clásicos como «Is There A Ghost» o «No One’s Gonna Leave You» y menos evidentes como «Ode To LRC» o «General Specific») unido a “The Funeral”, “Laredo” y lo justo de su reciente “Why Are You Ok?”. La banda de Seattle se coronó fácilmente como los grandes triunfadores de la jornada, demostrando que si su labor discográfica ha ido teniendo altibajos su directo no queda minado ni un ápice.
The Prodigy tenían una tarea muy fácil: poner a bailar al público de Mad Cool. Lo consiguieron sin pestañear, con un setlist bastante rácano en duración y en sorpresas (queramos que no, este show está bastante visto en los últimos años con su presencia asegurada cada año en algún festival español), pero que al final funciona siempre. De nuevo Liam se ayudaba de banda en directo (guitarra y batería con bastante presencia) para triturar “Smack My Bitch Up”, “Firestarter” o “Their Law” de la mejor manera posible. The Prodigy tienen temas tan redondos que con mínimo esfuerzo sacan buena nota, algo que les costó mucho más a Die Antwoord, con una propuesta que hizo bailar a la gente pero quizás más por lo freak de la propuesta que por canciones.