Clásico o no tan clásico, concierto de presentación de disco de una banda emergente en la emblemática sala El Sol. Clásico, por la gran afluencia de público, en parte por la estupenda promoción que se ha realizado del disco, tanto por la propia banda, como por parte de Edu – Giradiscos, en parte por el colegueo que mueve la banda y en parte, porque el disco ha despertado mucha curiosidad entre el mundillo underground. La parte no tan clásica de la presentación iba por este último lado. Si lo habitual en un concierto de presentación son los típicos corrillos de amigos de la banda, que acuden por obligación, en este caso, era muchísima más la gente que permanecía atenta a lo que ocurría en el escenario.
El concierto estuvo dividido en dos fases. La primera en la que la banda desgranó su único disco, añadiendo al repertorio un nuevo tema-una versión (no lo se) y un único bis compuesto por la concatenación de «Spotted Instrocpective Female Firecracker (Intro)» + «Swastika Sweetheart». En el bis, Diego Veiga, apareció ataviado con una túnica azul y la cara pintada, pero se alargó innecesariamente restando efectividad. Como en el disco, se me hacen mucho más agradables cuando tocan los temas más directos de la segunda parte del disco como «Why Should I Care», «Portrait Of A Distant Look» o «La Fin Absolue Du Monde», que cuando tocan los temas más lisérgicos, en este caso, agravado por la necesidad de «rellenar» un concierto de una hora, con un disco de treinta y siete minutos, alargando los temas. Esto y que en todo momento falto más potencia de sonido (más volumen, vaya), fueron los dos únicos aspectos criticables del concierto. Todo lo demás, de nota. Lugër se mostraron como una banda con maneras en el escenario (no en vano son gente que viene de otros grupos), en dónde, especialmente, me quedo con el uso de la doble percusión, pero sobre todo, con los momentos más festivos de su música.
Está claro que Lüger van a ser una banda que darán que hablar, como han dado que hablar otras bandas como Rosvita o The Joe K Plan, lo único es que a estas alturas les falta, obviamente, repertorio. En formato de cuarenta minutos, esta banda lo tiene que partir y según vayan editando otros discos, está claro que irán ganando nuevos adeptos. De momento, el primer disparo de Lüger nos deja con ganas de más