Noche gélida en la Nave de Música del Recinto del Matadero de Madrid, la primera apreciación a comentar es que una sala que se encuentra medio al aire libre, quizás no es la mejor idea en pleno mes de noviembre ni para músicos, ni para público. Aún así, y sobreponiéndonos al frescor de la noche, arrancamos la velada presenciado los veinticinco minutos aproximados de la enésima promesa del folk español, Nat Simons. La artista madrileña, electroacústica en mano, y acompañada de los dos componentes que ejercen de banda de acompañamiento, desplegó unos temas de sabor tradicional donde hay sitio para la oscuridad y la tristeza, de igual modo que encuentran momentos de esencia country que pueden conseguir algo más de movimiento.
Tras ella unos Lotus Plaza algo embabiados debido a su aparente timidez, aunque seguramente impregnados también de alguna dosis de esa pose distante que suele acompañar a estas bandas indies nuevaoleras, aparecieron en el escenario casi sin hacer ruido para interpretar gran parte de las canciones del que es su exitoso último disco “Spooky Action at a Distance”. El sonido de la banda se aprovechó de la acústica y la arquitectura del recinto que, de alguna forma extraña, no venía nada mal para un sonido como el suyo lleno de reverb hasta el extremo, y amante de las atmosferas guitarreras espaciales.
De esta forma «Strangers» empezaba a caldear un ambiente que se terminó de aclimatar con el empalme de “Come Back” (pieza de nueve minutos que aparece en un split junto a Nice Weekend, y que indaga de forma magnífica las posibilidades del grupo en los terrenos más etéreos) y “Splendor Of The Sea”, dando lugar a un cuarto de hora brillante que nos confirmaba el futuro pitido en los oídos al salir de allí, pero que también nos decía mucho del buen sonido de la banda.
En el tramo central fueron cayendo piezas de su último Lp dejando su primera obra en el olvido absoluto, y de este modo “Eveningness”, “Remember Our Days”, “Jet Out Of The Tundra”, fueron muestras de su muy bien elaborada mezcla de pop, shoegaze, y psicodelia de nuevo cuño. Como mejor muestra de su sonido presenciamos “Out Of Touch”, tema con el que cerraban su actuación, y que siendo sin duda una de las mejores del álbum, alargada en directo de forma más caótica que en el disco si cabe, funcionó como perfecto broche y resumen del sonido de la banda liderada por el también miembro de Deerhunter, Lockett Pundt.
Con un bis de una sola canción que según comentaron era inédita, terminaba la actuación de una de las bandas revelación dentro del independentismo indie norteamericano, los cuales pese a poner en evidencia que lo suyo no son las propuestas escénicas llamativas, defendieron su repertorio con notable eficacia, y eso, teniendo en cuenta la temperatura algo incomoda que nos acompañó a todos, ya suponía un reto conseguido a reconocerles. El único pero, dejar fuera del repertorio un tema como “Monoliths”, la cual seguramente sea una de sus mejores bazas para el directo dada su inmediatez, y que se agradecería para oxigenar tanto exceso sonoro. Les perdonamos hasta la próxima, que se lo han ganado.