Ligera decepción, en resumidas cuentas es lo que se podría decir del último concierto de Juliette and the licks; no es por desmerecer su carrera musical, ya que por tratarse de una actriz que se adentra en el mundo del rock los resultados, lejos de ser terroríficos, brindaron un par de discos bastante apreciables; sino porque su directo no fue tan satisfactorio como cabría esperar.
Aunque ciñámonos a los hechos, en ésta ocasión la señorita Lewis se presentó en el recientemente reubicado espacio movistar, sin teloneros algunos y con la carga de llevar todo el peso de la velada. Y sin faltar a su ávido público se presentó con apenas retraso, cómo no podía ser cuidando con mimo su presencia: con sus ya clásicas plumas de india americana y un sugerente vestido rojo de motorista.
Nos engañaríamos si no dijéramos que la presencia en escenario es una variable importante en sus conciertos, ya sea por los que van por el simple impulso de ver a la ex-actriz desenvolviéndose en un escenario, o por los que quieran ver un poco de actitud rockera de Juliette; la verdad no dejó insatisfechos a ningunos: la mujer no paró quieta en ningún momento, compenetrando tanto con sus compañeros de banda como con el público, y haciendo continuamente contorsionismos varios en el escenario: es una pena en éste sentido la desafortunada distribución de los monitores de escenario, que no permitían ver ni un pelo a la actriz cuando se lanzaba al suelo a hacer de las suyas.
Entrados en el campo estrictamente musical, es donde el concierto flaqueó más notoriamente: el sonido fue bastante malo, con una segunda guitarra apenas audible, la voz de juliette en ocasiones apenas distinguible; y en general una compensación sonora y una acústica de sala bastante mala que hacía preguntar a la gente si realmente estaban escuchando lo mismo que habían oído en disco. Justamente fue doloroso en un concierto de éste tipo: ya que el sonido de Juliette and The Licks es más sencillo que un bocadillo de queso: totalmente orgánico y trasladable en directo con los cuatro instrumentos básicos sin efectismo alguno.
Y a pesar de que el setlist no estuvo mal: tuvo el acierto de empezar con la facilona y directa Hot Kiss, a pesar de que sea a su vez una de sus canciones mas cansinas, y no faltaron canciones bastante contundentes de sus discos como Sticky Honey o Purgatory Blues, y especialmente bueno fue el final con una prolongada Speaking My Language; una lástima que el ya comentado pobre apartado sonoro desmereciera qualquier esfuerzo en intentar escoger buenas canciones para animar al personal.
En éste sentido quizás sobró un poco la introducción de dos covers en el concierto, concretamente Dirty deed done dirty cheap de AC/DC y Hot Stuff de Donna Summer (popularizada por la película Full Monty); ya lejos de qualquier objeción por la calidad en si de las versiones (que no fueron nada del otro mundo), evidenciaron un poco de falta de madurez y metraje de la banda por tener que tirar de ellas.
Y poco mas hay que contar: rock punkie-garajero-facilón, divertido, y en ocasiones interesante, pero al que en directo le faltó mucha más pegada de la que debió tener, probablemente debido en parte al sonido de la sala en sí mas que por la banda, pero que de todos modos terminaron bajándole muchos puntos al concierto. Sobre Juliette and the Licks en si, Miss Juliette se muestra contundente y satisfecha en su adoptado rol de estrella del rock (discurso a lo Operación Triunfo sobre «perseguir tus sueños» incluido en el concierto), aunque supongo que nunca sabremos si es realmente la guionista de su banda, o si ésta faceta suya no es mas que una prolongación de sus habilidades como actriz.
