Visita a Barcelona para presenciar una de las citas españolas de la gira que juntaba a dos de las bandas del metal moderno (si es que esas dos palabras son conjugables) en mejor forma. El atractivo del cartel residía en varios puntos. En primer lugar tanto Pelican como High On Fire pueden presumir ya de una trayectoria intachable, ambos en un momento dulce cosechando buenas críticas con su tercer disco y aún en la cresta de la ola entre los más entendidos de los sonidos agresivos actuales.
Además, la gran oscilación desde los ambientes cada vez más progresivos y melódicos de Pelican hasta el desgarro de las composiciones agónicas de High On Fire aseguraban un concierto al margen de sectarismos y donde el público estuviera más bien compartido. Y es que, llamaba la atención el hecho de que High On Fire se destacaran (aunque de forma casi inapreciable) como cabezas de cartel, cuando Pelican llegan claramente a un mayor espectro de publico. Pronto veríamos que el trío cuenta con fieles muy fieles, tal vez debido al mayor candor de sus conciertos.
Comenzaron pues Pelican, que abrieron con «Bliss In Concrete», primer tema de su más que apreciable último disco, responsable de eclipsar la pequeña revolución que su estimado «Australasia» supuso en el ámbito post-metalero. Ahora la banda sabe canalizar mejor sus estados de ánimos, jugar a atormentar con sus riffs más ralentizados para después aumentar el tempo hasta límites insospechados y llevarnos desde la depresión hasta lo más alto de la montaña para después soltarnos lentamente por la lengua del glaciar o a velocidad vertiginosa en caída libre por el precipicio.
Contaron con un sonido perfecto y sin desmerecer en su progresión melódica, sonaron tan metálicos como un grupo instrumental puede hacerlo en uno de esos insólitos conciertos en que el público no pierde detalle y poco puede hacer más que mover la cabeza al lento devenir de los riffs o al ágil pulso de la batería. Entre los momentos más álgidos caben precisamente destacar el resumen de las diferentes claves de su sonido que es «City of Echoes» y la épica evasión de «Far From Fields». Cuando cuatro musicazos logran sincronizarse para ofrecer recitales así, sin irse por las ramas y quedando muy lejos de aburrir al público, queda claro que son de primera división.
Con este buen sabor de boca tocaba entonces asistir a algo mucho más primario y básico, que no por ello peor. High On Fire llevan años siendo uno de los grupos de metal underground con mayor reputación y eso se nota en la entrega que parte de los congregados en la sala mostraron desde el primer al último tema. Ya lo decíamos, un contraste muy pintoresco del mutismo vivido con Pelican a los puños en alto y las arengas heavies de este trío. Como no podía ser de otra forma, también ellos basaron su repertorio en su monolítico «Death Is This Communion», dando cuenta de una evolución en la que se encaminan más hacia el rock con tintes sludge, dejando vicios típicamente metálicos.
Sería injusto presentar a High On Fire como una banda que sólo destaque por la brutalidad, pero en directo queda si cabe menos espacio para la sutilidad. Así se demostró desde el comienzo con «Waste of Tiamat», lo que sucede es que en el fragor de la batalla que el trío recrea en directo lo que se realzan son los riffs ensordecedores, los solos demenciales, la batería cavernícola y la voz gutural siempre ahogada. Su táctica para equilibrar el concierto pasa por alternar las embestidas más directas y arrolladoras («Rumors of War») con aquellos temas lentos y de claro componente sludge. Para mi en este tipo de temas como la propia «Death Is This Communion» es donde demuestran su verdadero potencial. Su concierto también fue a más y no terminaron hasta derribar hasta el último cimiento del infierno.
El resumen no puede ser más que el de un doble concierto que mostró dos caras diferentes de lo que es la intensidad en directo. Si Pelican son corrientes de aire y nos hacen volar, High On Fire son la fuerza de la tierra y nos hacen caer y morder el polvo. Ojala la alianza de Hydra Head y Relapse continúe y nos puedan regalar dobles carteles así de atractivos de vez en cuando.