14 euretes para ver a una banda puntera como Hell Is For Heroes, en una sala pequeña como La Boite, con el estupendo añadido de la banda, gran triunfadora de la escena madrileña del último año, Nothink, no se antojaba nada caro y había que ir. Muchas gracias a la organización por traer a ambas bandas, pero, también hay que criticar el tema de las entradas, que espero que solucionen para próximos conciertos. Un folio impreso con la numeración manual, no ofrecía una mínimas garantías anti falsificación en el caso de que La Boite se hubiera petado, y por otro lado, que mucha gente le gusta coleccionar entradas, y una entrada de esas características, no cumplía unos mínimos friki-requisitos. Pero por todo lo demás, fantástica organización.
Nothink estuvieron a lo suyo, es decir, a dar otro buen concierto. Yo personalmente desde mi posición, vi al público algo frío, en general, aunque mucho más cariñoso, cuando la banda nos explicó, que se iban a retirar de los escenarios un cierto tiempo para componer «el mejor puto disco que todos vosotros os merecéis». Muestras de colegueo para con los principales de la noche, pidiéndonos que les diésemos a Hell Is For Heroes el mejor concierto posible y curiosa la petición de que grabásemos «Polaroids» con los móviles, para enviarles a la web el resultado y montar un vídeo con las imágenes enviadas. Por lo demás el setlist usual con canciones como «Skyline», «Enemy’s meeting point» o «Kill!, kill!, genocide» y para cerrar, «Mr. Smile». Esperemos que la ausencia en Madrid sea breve y que vuelvan con otro fenomenal disco debajo del brazo.
Yo iba por volver a ver a Nothink, por lo que a Hell Is For Heroes, no los tenia especialmente «mascados». Pero aquello fué tremendo. Ves salir a cinco chavales vestidos como saldría un chico de barrio cualquiera a andar por la calle, pero fue empezar a sonar «Into the blood» y transformarse en unas bestias del escenario, en especial, el cantante, Justin Schlosberg. Fenomenal actitud la de Justin encima de un escenario, moviéndose, animando y sobre todo, cantando. De los mejores frontman que he visto en una banda, a pesar de su juventud. Momento especial el del salto de Justin sobre el público, sin dejar de cantar, mientras le transportábamos en volandas. Pero no sólo él, el resto de la banda saco un sonido increíble a una sala pequeña como La Boite, por ejemplo, cuando Justin abandono el escenario para que el resto tocaran la semi-instrumental «To die for».
El set estuvo basado fundamentalmente en el último disco, de agradecer por mi, porque era el que tenía más trillado, pero cuando más triunfaron fue cuando recurrieron al primero. Si a mi, esos temas me entraron tan bien, no teniendo el disco casi escuchado, no es de extrañar la que se monto en las primera filas con el público totalmente entregado. Yo me quedo especialmente del concierto con temas como «Out of sight» o como «I can climb mountains» , pero en general, con un concierto sin ningún tipo de altibajo.
Triunfada en toda regla la que se pegaron Hell Is For Heroes en La Boite, aunque no se consiguió llenar hasta la bandera, y concierto que recordaré como uno de los mejores del año. Siempre es un gusto ver a una banda grande en una sala reducida. Así es como, de verdad, sientes la música en directo.