Es complicado, por no decir jodido, ponerse a escribir la crónica de un concierto como este. En principio el concierto era caro, 17 euros en anticipada, pero estaba en parte justificado por tratarse de la gira 15 aniversario de Hamlet y en parte por celebrarse en una sala como la Caracol de capacidad reducida (500 personas), frente a otras salas que Hamlet han llenado como La Riviera (2.500 personas), sabiendo que vivir un concierto en Caracol, por sus características (perfecta visibilidad y buen sonido), siempre es una garantia para vivir un buen concierto. Estaba claro que Hamlet iban a hacer algo especial, pero lo que no estaba claro era el qué.
Personalmente a Hamlet empecé a tenerlos en cuenta a partir de Insomnio y a fliparlos sobre todo con El Inferno. Ambos discos marcan un antes y un después en el metal alternativo nacional. Todo lo hecho a partir de entonces por Hamlet como minimo ha sido un notable. No puedo decir lo mismo de lo hecho antes. Para mi tiene su interés para conocer la evolución de la banda, pero tampoco me aporta mucho más. Cualquier otra persona, por supuesto, puede pensar exactamente lo contrario.
Pues este concierto se baso enteramente en Sanatorio de Muñecos y Revolución 12.111, por lo que el concierto, por definición no me pudo gustar. Lo peor no fué el set list. Lo peor fué no enterarse previamente de que el concierto iba a ser así. En los carteles, al menos, nada mencionaba.
Salvando esta circunstancia definitiva para mi persona, el concierto empezó dubitativo en cuanto a sonido, con una bateria mal ecualizada, pero todo acabo sonando a la altura de la banda. Molly, que por cierto, cada dia se parece más a Antonio Canales, supo echarse el concierto a la espalda, con sus clásicas poses que tan bien quedan en la foto y no se cuantas referencias de agradecimiento al público de Madrid. Pero hay que reconocer que el tema repertorio fue algo que me toco más a mi que al conjunto de la sala, a la que se veía francamente encantada con que se recuperaran esos dos discos en directo. Por supuesto estuve más metido en el bolo con los temas más conocidos de su primera época como «Irracional», «El color de los pañuelos» o en los bises, con «JF», pero cuando Molly instaba a la participación del público, este le respondía coreando en todo momento, las letras.
Como no podía ser de otra manera Caracol estuvo a rebosar, tanto que a alguno le toco escuchar el concierto desde la zona del vestíbulo y lo que parecio corto fue la duración, comparando con el anterior concierto en La Riviera y teniendo en cuenta que no llevaban teloneros.
Una banda experimentada, casí que puede decirse que venida a más en el plano teécnico, con un gran presente, tuvieron que recurrir al preterito, eso si en modo perfecto, para meterse totalmente a la Caracol en el bolsillo. Por mi parte, nada que objetar al plano musical, pero pongo nota de circunstancias, porque el repertorio que a tantos entusiasmo, a mi no me gustó.
