El primer concierto del año al que asistes tras el habitual parón navideño siempre tiene algo de romántico, pero lo de este año con la prohibición tabaquera lo doblamos con algo de curiosidad histórica. Pero sobre todo, la prueba se multiplicaba si teníamos en cuenta que el debut de 2011 para algunos fue un evento plenamente hip hop, dónde suele oler mucho a un humo mucho más «divertido». Aún así no vamos a mencionar nada más al respecto, gracia sobre todo a que hubo cosas más destacables en la velada que volvió a protagonizar en Madrid el padre de los dj’s hip hop, Grandmaster Flash.
Con una horita de retraso algo molesta, apareció el trío Beat Junkies (aka The World Famous Beat Junkie Soundsystem) formado en esta ocasión por Dj Babu, Dj Rhettmatic y Dj Shortkut. De inicio parecía que la inclusión del MC Rakaa de Dilated Peoples iba a encaminar el evento a algo que contuviera muchas rimas y menos platos, pero al final este se dedicó a deambular como alma en pena por el escenario durante cerca de una hora, antes de que le dejaran rematar con su voz en tres de los temas de la parte final del set.
El concierto del combo, en formato trío, se centró en un carrusel constante de alternancia entre ellos tres haciendo diabluras a los platos y un manto detrás de temas que se movía entre artistas de su entorno como Cypress Hill o Chali 2Na de Jurassic 5 junto a hits masivos como los de House of Pain. La nota curiosa la puso DJ Babu empeñado en grabar vídeos en todo momento. Ahora vemos que resulta que fue porque estuvo emitiendo en vivo desde su iPhone.
Grandmaster Flash y sus colegas de Furious Five fueron (porque al menos lo eran al inicio, y supuestamente ahora) los pioneros del sonido hip hop junto a otros combos y artistas como Sugarhill Gang o Afrika Baambataa. Está clara la importancia de Flash como pionero de un género, el turnablism, pero tanto con su limitada participación en «The Message» como piedra angular del hip hop junto al «Rapper’s Delight» de Sugarhill Gang. Aunque cueste verlo a simple vista, el magnetismo y talento de Melle Mel fue el que puso a Grandmaster Flash & The Furious Five en la historia de la música, pero por otro lado nos sirve quedarnos con las virtudes de Flash ejerciendo de pinchadiscos divertido, festivo y efectivo, como una versión de «The Adventures of Grandmaster Himself» actualizado al siglo veintiuno.
Con cierto retraso en su salida, el padre de todos los dj’s del hip hop comenzó su sesión soltando un speech sobre que esa noche iba a ser especial y que se iba a dejar el guión en casa. No sabemos si eso fue el motivo por el que vimos algún que otro hueco demasiado vacío entre temas o la razón por la que abusó del viejo truco de bajar el volumen en cada estribillo, pero si es cierto que resultó un show tan imperfecto como vivo. El abanico de recursos fue de nuevo muy efectivo, a pesar de ser ciertamente limitado, entre otras cosas porque a estas alturas nadie va a dudar del carisma de Grandmaster Flash y de su capacidad para saber elegir entre los mejores beats.
Lo que más echamos de menos fue precisamente que hiciera apología del hip hop de más vieja escuela, con apenas una visita al «The Message» de su propio material con especial acierto en piezas clave cómo «Apache» de Sugarhill Gang o «Superfreak» de Rick James. Entre el resto hubo desde «Gangsta Paradise» de Coolio hasta «Sound of da Police» de KRS-One pasando por Cypress Hill, Jackson 5, Dr. Dre o Mc Hammer. El final con el «Empire State of Mind» de Jay Z y Alicia Keys muy mejorable como cierre, compensando la sorprendente la sesión pop-rock previa con David Bowie, The White Stripes, AC/DC y Nirvana.
Su labor a la mesa de mezclas no es algo demasiado sorprendente, pero su continuo buen gusto nos llevó a disfrutar de una verdadera fiesta. Nos habría gustado que hubiese tenido más regusto a scratches y a material old school, pero aún así siempre es un gustazo poder disfrutar de auténticas leyendas. Gente que ha escrito su nombre en la historia de la música, porque Grandmaster Flash lo hizo hace ya mucho tiempo, aunque ahora se dedique más a hacernos pasar un buen rato que a impresionarnos.