/Crónicas///

Festival del Castell de Guadalest – Guadalest (25/07/2009)

9.0
Aire Libre, 300 personas
Precio: 30 €

La caravana desde Madrid y el cansancio acumulado de una época con mucho curro me impedían desplazarme desde el primer día desde Benidorm hasta Guadalest. El que estuvo allí cuenta que el de Colour Haze fue uno de los mejores bolos del año en todos los aspectos. Lástima no haberlo podido corroborar in situ.

El segundo día ya me comentaron los problemas de organización del primer día. A parte de temas monetarios, parece ser que estaban habilitadas unas barracas para que la gente que se desplazó a Guadalest y dejó allí sus buenos euros, pudieran tener un sitio decente en el que dormir. Fueron desalojados por la noche y muchos tuvieron que dormir al raso. Una pena que un festival con un cartel tan bueno y con tan buen resultado en lo musical, quedará empañado por un fallo organizativo de semejante tamaño.

Pero volvamos al festival. Del horror turístico que es Benidorm es todo un lujo salir cuesta arriba para descubrir lo que es el verdadero y bonito Alicante y la sierra del Finestrat. En pleno alto se encontraba el pueblo de Guadalest con su pantano y sus bellas vistas que hacían aún más espectacular el escenario en el cual se desarrollo el evento. Impresionantes vistas las del pueblo que adornaban lo estrictamente musical.

El segundo día lo abrieron los madrileños Mystic Frequency Worm, y como a pesar de la altura, el calor del julio alicantino continuaba siendo brutal, lo vimos desde el exterior del recinto. Como las otras ocasiones en las que he tenido ocasión de ver a los madrileños, volvieron a superar lo ofrecido en su disco. Un sonido mucho más crudo y más directo les hacia sonar por encima de lo ofrecido en disco, mucho más adaptado al sonido de stoner rock de la banda. Los alemanes Causa Sui tomaron el relevo, con una propuesta que hacia honor al estilo del festival: la psicodelia. Clavaron las interpretaciones, pero el repertorio se hacia bastante repetitivo para los que no estamos acostumbrados a su sonido.

Ya dentro del recinto les correspondió el turno a Viaje a 800. Los de Algeciras nos ofrecieron un concierto semejante en cuanto a repertorio, a los tres vividos en Madrid recientemente, pero en esta ocasión, con un sonido excepcional, superaron ampliamente lo ofrecido en la capital en el incomparable marco de Guadalest. Sin duda fueron uno de los grandes triunfadores de la noche. Luego le correspondió el turno a la propuesta setentera de los suecos Witchcraft, mi principal motivo, aparte de la fiesta, para desplazarme tan lejos. El esfuerzo fue correspondido con el mejor concierto del segundo día, con una banda con un directo y un sonido mucho más potente que lo ofrecido en disco. En especial la voz de Magnus Pelander, en directo, deslumbra. «No Angels or Demons» o el tema en sueco «Leva», imprescindibles.

Después de la avalancha sueca la psicodelia relajada de Astra no lo iba a tener fácil. Concierto pulcrísimo sin ninguna crítica en cuanto ejecución o actitud, pero las muchas horas de festival pasaron factura a más de uno. Visto el resultado de Astra, miedo daba la siguiente actuación de los californianos Earthless. Pero al final, como muertos vivientes, la gente pareció revivir con la psicodelia instrumental de los de San Diego. Escenas increíbles las que vivimos los que aguantamos hasta ese concierto como pirámides humanas, gente rodando descontrolada por el suelo, en fin, se montó una especie de rave colectiva, que fue el perfecto colofón al festival. Desde la más concreta «Cherry Red» hasta los temas de más desarrollo sonaron aplastantes, aunque el concierto se hizo un poco largo. Si le llegan a dejar Isaiah sigue tocando todavía y eso que acabamos a las cinco de la mañana y todavía había que coger el coche para hacerse la cuesta abajo a Benidorm. Peor lo tuvieron, claro, los que nuevamente tuvieron que dormir a la intemperie.

En fin que el festival fue un pedazo de éxito a nivel musical y de sonido. Todos los grupos desde primero al último gozaron de un sonido excepcional. Mi más sincera enhorabuena a los responsables de la sonorización y técnicos de sonido. Por esta parte esperemos que el festival se vuelva a repetir, pero por otro lado, esperemos también que los graves fallos a nivel organizativo no se vuelvan a repetir. Un festival que se arriesga con propuestas tan minoritarias como las que se recogieron en Guadalest, es totalmente necesario.

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25 de julio de 2009