Tres bandas madrileñas punteras, Adrift, Gone With The Pain y Ciudad del Cabo, una de las cuales además se despedía, auguraba un concierto exitoso, pero la realidad fue distinta. Escaso público y poco ambiente para el adios definitivo de Ciudad del Cabo, fué el panorama sorprendente de la noche.
Por más que lo intentaron, Ciudad del Cabo no lograron calentar al poco público que hubo durante su actuación, aunque el cantante se bajase a cantar entre el público. Corto set y una pena que una banda se despida en un concierto con este panorama. Casi sin solución de continuidad y sin cambiar de guitarrista (Hector, era guitarrista de Ciudad del Cabo y es guitarrista y cantante de Gone With Pain), Gone With The Pain nos ofecieron otro de sus conciertos con dosis aceleradas de temas cortos y tiempo en escena reducido de screamo bien construido que llega directo al público.
Pero mi motivo de estar allí era ver, otra vez, a una de mis bandas favoritas de la escena madileña, Adrift. El set usado fué al que nos tienen acostumbrados basado integramente en su último disco, «Monolito» y en el split con Moho, Moksha y AKOD, «Waterloo«. Fueron como siempre los temas de «Waterloo» los elegidos para cerrar, es decir, primero, «Un paseo por el Nilo» y para finalizar el pelotazo que es «Ramses«, con intento de pogos entre el público, pero eso, intento porque con lo poco nutridas que estaban las primeras filas poco se pudo hacer. La sorpresa de la noche fue un tema instrumental que no fue instrumental. Pululaba por allí, una habitual de los conciertos de Madrid, la excéntrica Macarena, disfrazada de arabe, no sabia uno si como Belen humano o como qué, pero cuando Jorge anuncio que ese tema iba a ser cointerpretado con Macarena. «Mujer, mata a tu lapidador, castigale con tu valor …» fue parte de las consignas aulladas por Macarena, durante su «performance» de fundación del «feminismo arabe«. El resto de la actuación y como siempre, demostrando la fuerza en el escenario que se les presupone a una de las banda de mejor directo de la capital como Adrift, aunque menos vivido por el publico, que, por ejemplo, en Portugalete. Los hemos visto muchas veces en Madrid y las cervezas a cuatro euros en La Boite, tampoco ayudan.
La anecdota de la noche, al final fue lo más destacable del concierto. Una pena que gente que se lo curra, en esta ocasión, y esperemos que no en las siguientes (a Gone With The Pain y a Adrift los he visto llenando salas), reciba tan escasa atención del público. La entrega de las bandas no lo mereció.
