Todos sabemos lo duro que es abrirse paso en el mundillo de la música hoy en día, pero quizás esperábamos que, tras un debut discográfico tan interesante y sorprendente como el de Dulce Pájara de Juventud, su paso por la capital iba a tener un recibimiento algo mayor.
Abrieron el show el dúo madrileño Dos Gajos, con una propuesta de folk sosegada que se centraba unicamente en guitarra, batería y voces, lejos de ese sonido tan de moda en bandas en boca de todos como The Black Keys o The White Stripes. La propuesta no estaría nada mal, pero pecó de ser demasiado lineal y demasiado poco apropiada para ejercer de teloneros de una banda muy enérgica. Seguramente no era el mejor sitio para ellos y terminó haciéndose la cosa demasiado larga.
Con Dulce Pájara de Juventud pasó al contrario, se nos hizo demasiada corta. Está claro que para los que hemos disfrutado con su debut discográfico era fácil que nos contentasen estos cuatro chicos, ya que canciones como «Gigalove», «The Fear» o «Dear Bruno» no pierden un ápice de sus virtudes en vivo. Y eso que el Wurlitzer Ballroom no terminó de encajar del todo con el sonido de la banda, ensuciando y saturando demasiado el sonido de las dos guitarras.
No sólo tocaron casi todo su debut, incluido «Nacer3» con el Pastor Paniagua presente en espíritu, sino que nos presentaron un tema nuevo que parece seguir por los derroteros que tanto nos gustan. El cierre fue perfecto con el tema que inicia el disco, «Feel», y al final nos quedamos muy a gusto pudiendo haber coreado nuestros «oh»‘s favoritos.