Nunca he sido de los que se alegren de los largos retrasos en los conciertos, pero en este caso hago una excepción. De no ser por que el concierto de los teloneros del concierto hubieran salido con más de una hora de retraso de la hora de apertura de puertas, no podría haber disfrutado del concierto. Así que, a pesar de haber tirado la toalla y concienciado de haberme perdido el concierto de los australianos, una llamada a tiempo me indica que aún hay tiempo suficiente para verlos.
Y fue doble la alegría cuando compruebas que estas a tiempo de ver a los teloneros de The Drones en la fecha madrileña de su largo tour español. El trío madrileño, Tres Delicias, fueron los encargados de abrir fuego con su poderoso y musculoso rock comandado por una batería tan escasa en elementos como enérgica en su ejecución. Fueron desgranando temas de su repertorio, así como un cover de Captain Beefheart, que supo como buen calentamiento para The Drones, a pesar de que el tramo final se hizo un poco aburrido.
La sala presentaba una magnífica entrada y parecía que la gente que se habia acercado al Gruta 77 tenía en mente un buen concierto de estos australianos. La banda saltó al escenario con Gareth al frente, con Fiona y el resto de la banda más en la sombra. Tras un par de canciones un tanto más tranquilas, en la que destacó «I Don’t Ever Want To Change», que fueron algo así como un espejismo ya que The Drones en directo son de todo menos tranquilos.
Los arrebatadores golpes de batería y un Gareth pasado de vueltas nos puso los pies en la tierra con un set list repleto de canciones de su disco «Wait Long By The River…». Siempre hay que destacar sus más brillantes canciones como «Sitting on the Edge of the Bed Cryin'» con una muy buena Fionna a los coros, una «Sharkfin Blues» muy intensa o «This Time», aunque en está ocasión no brillaron todo lo que era de esperar debido a ese ansia de potencia y rock duro que llevaban encima del escenario, suponiendo la parte más mejorable del concierto. Así brillaron otros muchos temas como «Best You Can Believe In», «You Really Don’t Care» o la canción nueva «Jezebel», en el cual los tres miembros masculinos se mostraban entregados y salvajes junto al contrapunto de Fiona, siempre sosegada y en el punto justo.
Lo más sorprendente a pesar de todo no fue ni lo salvaje de la propuesta de The Drones en directo, ni una muy buena entrada, ni siquiera el estado de embriaguez de Gareth, fue el excepcional sonido que tuvimos durante todo el concierto. La nitidez que tuvimos lució muchísimo más de la cuenta el concierto, sobre todo en un show en el que las distorsiones de guitarra continuas y una sección rítmica bastante alta no lo ponen fácil.
Se marcharon tras hacer un par de bises y dejarnos con las ganas de «Baby 2», que esperemos caiga en otra ocasión. Ya nos adelantaron en nuestra entrevista con ellos que no iban a tocar mucho del disco nuevo, así que solo nos queda esperar tenerlos por aquí de nuevo y está vez en un show algo más largo de la hora y diez minutos, ya que aunque no son banda de demasiado repertorio son verdaderas bestias en directo.