Empezar los lunes asqueado, triste y malhumorado no debe ser novedad para nadie. Todo el mundo sabe que están ahí precisamente para eso, para molestar… El asunto curioso viene cuando un lunes llegas a casa de madrugada, dolorido por el baile y aún sudando gracias a una fiesta tan grande como la de los brasileños que nos ocupan.
Por que a Marina, Gorky y Pedro (ellos suman Bonde Do Role) los podemos achacar un montonazo de carencias, pero entre ellas jamás estará la de no dar espectáculo y diversión. Lo que montaron en Moby Dick pues fue muy en la linea de lo que pudimos ver los que los elegimos en Primavera Sound. Al respecto de esa actuación tuvimos el claro pro de una sala ajustada a la medida de una banda que ha comenzado fuerte pero que necesita cercanía aún. Como contra, menos ganas de fiesta que en un festival y algo más sudorosos (algunos verán eso como algo bueno, eso sí).
Antes de todo esto Holy Hail desde Nueva York habían puesto las cosas muy fáciles. Su techno pop cutre de teclados al azar supuso que a su lado los brasileños fueran unos virtuosos. Apenas una batería y bajo llevando bien un ritmo cercano a los new ravers de Klaxons o a los ya veteranos The Rapture y luego un problema grande cuando a la cantante le daba por chillar cosas sin sentido mientras los teclados – si bien resultones en el 10% de la actuación – no llegaban a pegarse en ningún momento a ningún otro instrumento. Estrenan disco en unos días, ya veremos…
Con este semblante, los brasileiros tuvieron suficiente con tirar de verdaderos hits en potencia como «Dança Do Zumbi» para dejar el pabellón dónde debía estar desde un inicio. Como era de esperar, de nuevo tiraron de música pre grabada y el resto lo dejaron al desparpajo del dúo formado por Pedro y Marina. Sobre todo esta última estuvo en todo momento dando todo lo que tiene, ya que a pesar de las diferencia de música en directo, las performances mantuvieron vivo el concierto durante la escasa hora de duración.
En cualquier caso, el problema mas grande lo tuvieron entre el público (probablemente debido a eso de que fuera lunes) pues les costó mantener el ambiente caldeado en su punto festivo y apenas hubo indicios del caos que habitualmente acompaña a las incendiarias actuaciones del grupo. Y eso que lo intentaron: que sí hago gestos obscenos, que sí bajo a hacer una conga entre el público, que sí sube a cantar y bailar con nosotros… Quizás había más pose que ganas de fiesta.
Así que queda disfrutar del momento (propio) con piezas que sí lograron poner a todos a bailar cómo malditos («Gasolina», «Geremia»…) y aún con mayor respuesta a los samplers de clásicos de Europe, AC DC o Daft Punk en piezas como «Bondallica», «Melô Do Robôróque» o «Jabuticaba». Además pasaron olímpicamente de los peores momentos de «With Lasers» («Quero Te Amar» y «Divine Gosa») para cederle el puesto a las mas celebradas «Solta O Fango» y «Office Boy».
Una enorme fiesta que hubiera sonado mejor en sábado, pero que a algunos nos alegro un lunes de noviembre gris y triste. Eso sí, para la próxima queremos algo más que música pre grabada y de repetición de bases. Una propuesta como la de Bonde Do Role requiere una renovación sonora en disco y aún mucho más en directo (inevitable acordarse de un buen guitarrista melenudo cubriendo las espaldas).