Concierto secreto (aunque parezca coña dada la afluencia masiva, hubo mucha gente que se quedó con las ganas de siquiera haberse enterado de ello) de Berri Txarrak en la madrileña sala Ritmo & Compás, que ya los acogió por partida doble en su última visita a Madrid. En esta ocasión, y en boca del propio Gorka, el motivo no era otro que hacer del concierto de «vuelta» a la actividad musical algo muy especial. Como lo fue que el concierto no fuera anunciado y para lo poco que se hiciera, fuese bajo el nombre de JMH Trio. Para colmo del despiste, colgaron un setlist días antes con nombres como Isis, Mastodon, QOTSA… Claro, no todos sabíamos que es la manera que tienen estos navarros de llamar a sus temas y hasta nos habíamos imaginado un concierto con mayoría de versiones (al final, aparte de la de KOP nada).
El boca a boca funcionó a la perfección, y aunque la gente no tuvo ninguna prisa por entrar, el ambiente era bastante intenso. Cuando salieron y se marcaron «Pintadek» seguida de la habitual «Hil Nintzen Eguna» ya fue una verdadera olla a presión.
Fenomenal David, nuevo pero con un currículo buenísimo (PiLT, Cobra…), al bajo. Controla perfectamente la potencia que debe dar su instrumento y el mismo (como ya hacia Rubio) como complemento de la única guitarra de Gorka. Si nos ponemos picajosos echamos más de menos lo de agitar la melena que la solvencia como músico, pues sin entrar en odiosas comparaciones están a la misma altura ambos.
Y es que es en directo donde ese menos es más que tienen los Berri Txarrak post-«Jaio.Musika.Hil» sale a relucir con un buen hacer verdaderamente escandaloso. Aitor y su recogidita batería se valen para sacar potencia y pasión de fondo a un colosal Gorka que aparentemente se desdobla en tres. Sirve de ejemplo sobre todo, los temas menos rápidos y metaleros. Es muy complicado de hacer lo que hacen con «Oreka» y su emotividad. Igual con «Zertarako Amestu», tratada con justicia como uno de sus mejores temas y no como una intro normal, así como cuando Gorka presentó como una canción de amor a «Iparra Galdu: Hegora Joan». En los repasos a «Eskuak / Ukabilak» también hubo momentos para ese regocijo: «Ebidenteegia» o la propia «Eskuak» en concreto.
Pero lo que triunfó más entre el público (aunque yo me quedo más con la melodía) fue lo increíblemente arrollador de su directo. Unas verdaderas máquinas en cuanto a fuerza y garra (repito: con la siempre genial melodía de Gorka como hilo conductor) con versiones crudas de «Onak eta Txarrak», «Min Hau» o de aún mas cañeras versiones de «Zirkua», «Berba Eta Irudia» y del único tema nuevo, rebautizado como «AKA Idiot» (¿En honor a un pequeño redoble que recuerda al tema de The Hives?).
Para el final, y con todo el mundo entregado tras una sorprendentemente coreada «Bisai Berriak», remataban los momentos mas infalibles: el propio «Oreka» unida a «Bueltatzen», el siempre desbocado esbirro numetalero que es «Oihu» y un final brutal con «Denak Ez Du Balio» (con un desconocido cantante madrileño haciendo de Tim McLirath). Mientras todos se iban, Gorka cortaba cinco cuerdas con unos alicates para luego tocar el riff del «Iron Man» de Black Sabbath. Daba igual lo que hiciera, ya nos habían vuelto a dejar con ganas de otra visita.