Dicen que lo bueno si es breve es dos veces bueno, pero con los conciertos quizás no siempre se cumpla esa máxima. Esa sensación de coitus interruptus con la que acabamos en el concierto del contrabajista Nat Baldwin, miembro de Dirty Projectors y colaborador habitual de muchas otras bandas de la escena actual neoyorquina, aparecía precisamente porque nos estaba gustando mucho y porque nos quedamos a medias.
Su concierto en Madrid consistía únicamente en el propio Nat, su contrabajo y su voz, lo cual no permitía mucho repaso a su obra previa «Most Valuable Player» por cuestiones de variedades instrumentales y apenas dejaba lugar para la desnuda propuesta de su reciente «People Changes». Por tanto, el show de Nat debía ser corto o inevitablemente caería en el aburrimiento, pero no llegar a la hora de concierto hizo que lo que podría haber sido una noche para enmarcar quedase en que cada minuto de concierto le saliese algo caro.
Aparte de esto Baldwin conquistó a todos, porque sabíamos que tocaba bien pero no que iba a interpretar con una maestría vocal tan sorprendente y limpia. Los ecos de trovadores de nueva era y voz frágil como Antony Hegarty aparecieron en la sala para no moverse, y no estamos exagerando nada. Las interpretaciones de sus dos temas estrellas, «Weights» al principio y la versión del «A Little Lost» de Arthur Russell para cerrar el set, fueron quizás lo mejor de una actuación que también nos recordó mucho a los delirios vocales y melódicos de David Longstreth, jefe de Dirty Projectors.
No podemos decir que nadie se sintiese estafado por el concierto, pero si que algo decepcionado con la relación duración-precio. En cualquier caso, un lujo tener a Nat en Madrid y la antesala perfecta para que por fin vengan Dirty Projectors a una sala en condiciones.