Otra de esas noches insospechadas de buenos conciertos en el Sentinel. Abrían Killerkume, dúo local entregado al noise-rock de forma abierta, desde los estallidos locos que protagonizarían el comienzo del concierto, con su baterista cantando o más bien berreando tras una careta de simio, hasta los ambientes sugerentes y repetitivos de guitarra y batería que irían recreando, a veces escorados a lo tribal. Curiosos y de esquiva definición.
Después sería el turno de Calixta, otro dúo, en este caso de chicas y desde Galicia. Tampoco nos pusieron del todo fácil su clasificación, con momentos de garaje con riffs pesados, otros más agitados por una voz más aguda que acentuaba el tono punk y algún que otro tema que nos recordaba a Nirvana. Todo ello marcado por un sana sensación de amateurismo y espontaneidad.
Para finalizar, Acid Mess pulverizarían las marcas de lo esperado. Nada más lejos de ser otra banda de stoner más, este trío asturiano invocó tanto a Kyuss como a Jimi Hendrix Experience y todo lo que hay de por medio. En los pasajes instrumentales demostraron un nivel que parece de broma atestiguar en un garito así cuando tantas bandas psicodélicas hay llenando recintos grandes y aportando mucho menos. Hipnosis vibrante, temas alargados que no decaen ni aburren un sólo momento, contundencia y evasión a partes muy bien medidas y un sonido, pues francamente bueno dadas las circunstancias. La única pega fue la voz, quizá mejorable, pues en sus tonos más pretendidamente melódicos y profundos no hacía justicia a la música. Sin embargo en los registros más blues-rockeros, como esa versión del «I Want You (She’s So Heavy)» de The Beatles dio la talla con creces. Todo amante de la música de los 70 hará bien en irles fichando.
