Desde el punk-rock más clásico hasta la electrónica avanzada, en 1998 el panorama alternativo estaba bastante agitado. Destacamos 6 de los discos que marcaron definitivamente 1998 y cumplen 20 años ya.
En feiticeira hemos decidido que si se pueden hacer series de éxito basadas en salvajes copypastes de la cultura audiovisual ochentera, nosotros también podemos apelar a la nostalgia y compranos mansiones con las ganancias. Bueno, va a ser que sólo lo primero.
El caso es que mucho de ha hablado de los grandes discos que salieron a primeros de los 90, ya se sabe, que ni Nevermind, que si Loveless, que si el debut de Emilio Aragón… pero de los finales no se habla tanto, con el grunge ya finiquitado y muchos iconos del rock alternativo degenerando.
1998 tuvo grandes cosas, discos influyentes y que aún podemos sacar orgullosos de nuestra estantería. Recuperemos 6 discos que hicieron época en 1998.
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Boards of Canada – Music Has the Right to Children
Los escoceses se presentaron al mundo en 1998 y lo sedujeron para siempre. Si bien la trayectoria de la banda ha seguido -lentamente- avanzando y forjando una merecida figura de culto -seguramente realzada por el hecho de no dar directos-, «…Children» continúa como su cimiento más fuerte gracias a esa mágica conjunción de sintetizadores analógicos, ritmos heredados del hip-hop y samplers de Barrio Sesamo. Hermoso pero abstracto de cojones, el retrofuturismo en la electrónica meditativa había nacido.
Turbonegro – Apocalypse Dudes
El disco más redondo de los noruegos. Después, Turbonegro, separación mediante, empezarían a ser reivindicados a saco y vivirían una segunda juventud que ahora mismo no se acerca a esa excelencia. Pero aquí estaban en su jodido estado de gracia, creando un perfecto híbrido entre el punk-rock underground del que provenían y los lustrosos sonidos del glam-rock, invocando a Ramones, Dictators y los Stooges del «Raw Power» como seguramente nadie haya hecho desde entonces. Hit tras hit, el cuero negro nunca fue tan divertido, con todo respeto a los fetichistas.
Refused – The Shape of Punk to Come
No fue mal año 1998 para el rock escandinavo, no señor. Si Turbonegro conseguían dar nuevos aires escénicos al punk-rock, Refused jugaban a revolucionarlo con este grandioso título. Los de Umeå incendiaron políticamente el universo de un post-hardcore generalmente bastante más dócil que el hardcore original. Y aunque hayan acabado tragándose sus convicciones para actuar en todos los saraos hiper-patrocinados del mundo, los suecos en 1998 se lo creyeron y nosotros con ellos. Crearon un escurridizo engendro de punk-rock, electrónica y jazz que muchos no entendieron por aquel entonces, algo que ocasionó la ruptura de la banda tras una desastrosa gira por Estados Unidos. En resumen, que la jugada les salió rana en el momento, pero el tiempo les dio la razón y la pasta.
Massive Attack – Mezzanine
Tras hacer saltar todos los radares poniendo los cimientos del trip-hop, Robert Del Naja pega un golpe en la mesa (de mezclas) con su obra más sólida, un viaje narcótico y oscuro sin fisuras que inquieta a la vez que hipnotiza. Secuencias de ritmos magistrales, rap mutante, alienantes cantos de sirena y bajos que te revientan el cerebro. Poco tardaron en figurar temas como «Teardrop» o «Angel» en todos los anuncios habidos y por haber, pero dentro de contexto del disco, lo bello y lo turbio en la música de los de Bristol se aprecia mucho mejor. Pero lo que nos interesa, ¿el tío es Banksy o no es Banksy?
Korn – Follow the Leader
Aupados ya como la sensación más excitante y oscura de ese auténtico despiporre que se vino a llamar nu-metal, Korn dieron un paso de gigante no hacia el precipicio, como la niña de su portada sino hacia el mainstream. Estribillos más melódicos, incorporación de colaboraciones de raperos sin rubor y, por lo visto, una grabación llena de excesos de drogas y sexo en el estudio. El resultado, el disco más sólido de la carrera de la banda, manteniendo el impacto de sus primeras obras y consiguiendo canciones mucho más redondas de lo que un futuro de rupturas, encuentros con Dios y pajas dubstep les depararía.
Neutral Milk Hotel – In The Aeroplane Over the Sea
Punto y aparte en el universo indie, la segunda obra de Jeff Mangum con los suyos seguramente separó la escena indie de los 90 del ensimismamiento folk que estaba por venir. Pero «In The Aeroplane Over the Sea» no tenía nada de eso, era un disco de instrumentación folk con todo el arrebato del punk. Un disco en el que su cantautor se vació para después volverse un ermitaño de la música mientras su obra alcanzaba un estatus desmedido. Demasiada leyenda alrededor suyo no distorsiona la realidad; el aeroplano de Mangum es una colección de canciones tremendas con una carga emocional y nostálgica brutal.
2018 estuvo lleno de discos importantes. Desde debuts que siempre recordaremos como el de Queens of the Stone Age o el de System of a Down a la gran reconversión de Marilyn Manson con «Mechanical Animals» o joyas mucho más underground como el «In Casino Out» de At The Drive-In o el «Water & Solutions» de Far. Incluso grandes obras del rock patrio de distinto pelaje como «Val del Omar» de Lagartija Nick e «Insomnio» de Hamlet, redondean un año repleto de grandes lanzamientos que hoy, 20 años después, aún adoramos.