/Crónicas///

Wolfmother – Madrid (25/05/2007)

Andrew Stockdale, Chris Ross y Myles Heskett.
8.9
Sala Heineken, Lleno
Precio: 23 €
Géneros: ,

«Dimension»
«Pyramid»
«Apple Tree»
“White Unicorn»
«Love Train»
«Where Eagles Have Been»
«Please to meet you»
«Witchcraft»
«Tales»
«Woman»
«Mind’s Eye»

– bises –
«Vagabond»
«Colossal»
«Joker and The Thief»

Expectación abundante esperábamos para la primera actuación de una de las bandas del momento, ya que Wolfmother hoy en día son una banda que por diversas razones esta bastante en boca de todos.

Debido al horario extremadamente temprano de la actuación, no tuve oportunidad de seguir el concierto de los locales Garaje Jack, que seguramente dieron cuenta de un rock algo más clásico del que practican la banda estrella de la noche. Al entrar poco tiempo antes de la actuación de Wolfmother la cosa pintaba fatal: la sala Heineken llena, como siempre, es intolerable. ¿Por que razón venden la moto de que el aforo de la sala es ese? ¿No se dan cuenta que detrás de la barra la gente no ve?

De esta guisa, sin apenas ver nada y oyendo una autentica basura de sonido con ecos por triplicado, tuvimos que hacer frente a una actuación poco digerible por nuestra parte. Y digo por la parte de los que no veíamos nada y aparte oíamos «poco nítido», por que desde que sonó la primera nota de «Dimension» la gente no respiro… Realmente inesperado el nivel de entrega que destiló toda la parte de abajo de la sala (a pesar de que decíamos que esperábamos cierta expectación), coreando desde el inicio «Dimension», saltando con «Pyramid» como si de un concierto mas metalero se tratara o bailando hasta la saciedad en «Apple Tree».

Andrew Stockdale en principio pareció algo calmado, cosa que no parecieron en ningún momento sus otros dos compañeros. Era mas como si fuera la parte mas pensada de la banda, pero a los que ya los habíamos visto anteriormente no nos engañaba. Y un poco después lo demostró, igual quedó demostrado que la sala estaba a rebosar, pero que por contra uno podía bajar con la parte de publico que veía algo sin tanto problema… Así que ya desde abajo, la ledzeppeliana «White Unicorn», la inédita por aquí «Love Train» o la especialísima versión de «Where Eagles Have Been» sonaban a otra cosa. Sonido mucho mas aceptable y una entrega por parte de la banda que se iba contagiando de la del publico.

Tras algunos temas algo menos celebrados como «Withcraft», la nueva «Pleased To Meet You» o la genial «Tales From The Forst Of Gnomes» (el final de la canción mejora una barbaridad en directo) dieron paso al momento que muchos esperaban. Y es que, si de algo carecía el publico del concierto (Evidentemente, no era precisamente ganas lo que necesitaban) era de homogeneidad: cuatro bakalas por un lado que tenían pinta de seguidores del Guitar Hero (en el que aparece «Woman») y poco seguidores de Wolfmother, al otro lado cuatro rockeros con camisetas de Ac/Dc, delante dos personas mayores con ansias de revival y en general, un poco de todo. ¿Por que tanto lío? Pues por que todos esperaban la llegada de «Woman», hit reconocido de la banda, a partir del cual los ánimos de unos cuantos se redujeron (afortunadamente). Impresionante respuesta del publico ante el tema, que fue la antesala del final del set. Para ello eligieron «Mind’s Eye», el contrapunto perfecto para ir cerrando.

Para ese momento, la banda estaba ya pletórica en el escenario. Continuos saltos, guitarrazos a diestro y siniestro, poses, un teclado que recibía golpes por todos lados y una banda que convencía y mucho a sus devotos. Además, parece que a pesar del éxito que están teniendo y de que no están parando de tocar en estos dos años, vimos una banda simpática y cercana, con un gran buen rollo con la gente.

Evidentemente, con una hora no nos conformamos (curioso que su único disco apenas durara 51 minutos) y Andrew nos regaló primero una «Vagabond» que desencadenó en dos de sus temas más redondos: Primero, «Colossal» que nos hizo mover la cabeza y bailar, para que definitivamente el tema de la noche terminara siendo «Joker & The Thief» (ni «Woman» ni leches): el punteo del comienzo, los teclados perfectos y todo el mundo saltando… Si acaso, echamos de menos el bajo… pero no se puede tener todo.

Aprobaron y con nota, una banda que sólo con un disco tiene una buena marabunta de fans coreando sus temas y que además no les podemos negar que se lo hayan ganado. La pena es que injustamente esta banda esta ganándose el reconocimiento por tonterías como la aparición en videojuegos y cosas del estilo, cuando la banda tiene mucho que decir. Les costó terminar de hacerlo, pero nos lo demostraron a todos: en directo, tocando su primer disco enterito y con poniendo buena cara. Para la próxima en Madrid, esperemos que no haya que esperar tanto.

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25 de mayo de 2007