/Crónicas///

Old Time Relijun – Madrid (12/04/2008)

Germaine Baca, Arrington De Dionyso, Aaron Hartman y Benjamin Hartman
8.7
Siroco, 3/4 de sala
Precio: 10 €
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Empezar por el pertinente tirón de orejas a quién quiera que montara el concierto del sábado 12 de abril en Siroco. No por la calidad del mismo, pues las actuaciones de Grabba Grabba Tape y los norteamericanos Old Time Relijun cumplieron bien, sino por rogar puntualidad en un evento que empezó mucho mas tarde de la hora prevista…

Dejando de lado un percance (que el resto de gente se paso por el arco del triunfo, por cierto) la sala presentaba mal augurio para cuando la primera de las bandas subió a escena. La propuesta en concreto, era la de la multiformación Orquesta Terrore: cuatro guitarras, bajo, batería, saxofón, trombón y un agregado a cargo de los pedales ruidosos y una especie de invento de micrófono metido en un cubículo de porexpán. El resultado fue mucho más ruidoso que glorioso, pero aún se pudo entrever cierto aire al space rock de Hawkwind del «In Search Of Space» con un exceso de saturación, en el único tema que interpretaron en su actuación de unos 20 minutos.

Seguidamente y con una sala ya casi completa, los mejores teloneros madrileños que se pueden tener en un bolo (con permiso de The Joe K-Plan, que contaba con un miembro del dúo en la sala). Hablamos de los siempre geniales Grabba Grabba Tape, que dieron cuenta de su Daft Punk meets Los Morancos a golpe de teclados del rollo post punk de Devo o los B-52’s de antaño, de baterías certeras y de una envidiable manera de usar el vocoder. Con su «Kurt Kobaya y G.R.O.X. Man Odia Nirvana» están aún mas en boca de todo el mundo, y cuando sonaron temas como «Bue Da Fixe» o «Orangotango Y Cha Cha Cha», se notó. Aunque sin duda, hay que destacar el homenaje a «el público de Festimad» cuando extrapolaron al universo «grabbatico» una perfecta «Killing In The Name» de Rage Against The Machine.

Tras el recital de los orangutanes rosados, los cuatro norteamericanos que forman Old Time Relijun (habían estado pululando como zombis por la sala en las horas previas) se subieron al escenario a dar cuenta de su visceral directo. Germaine se sitúo silenciosa a las baquetas mientras a su derecha Arrington de Dionyso tranquilamente se quitaba los pantalones y el jersey para quedarse en ropa interior. en el otro lado, Benjamin Hartman permanecía impecable con su traje de corbata, ante la atenta mirada del Hartman bajista, Aaron.

Lo suyo fue sobre todo una actuación de sudor y de bastante mas movimiento que el esperado en un concierto que sonó a potencia sobre todas las cosas. Y eso que al saxo de Benjamin no había quién lo oyera y a que el calor era bastante sofocante, pero la situación fue incontestable ante canciones como la machacona «Cold Water», la lírica «Veleno Mortale» o la fuerte batería de «Tigers In The Temple».

Al final se quedó la cosa con un charco de sudor en el lateral de Dionyso (perfecto castellano el suyo, por cierto) y con un pitido de oídos tan grande como la sonrisa de la gente. Que vuelvan las veces que quieran, pero que toquen un poco más.

 

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12 de abril de 2008