En una época en la que hasta a un servidor le podrían meter en un estudio y fabricarle un disco capaz de competir con lo último de la Spears, los gallegos Niño y Pistola se presentan en larga duración (tras dos maquetas) con su forma netamente acústica de sentir la música. La retahíla de influencias sería básicamente de décadas doradas del pop como los sesenta y los setenta. Buffalo Springfield, Kinks, Byrds, Neil Young y especialmente, los Beatles. Referentes en todo caso que no se necesitan conocer para disfrutar de su música. Así es como triunfa su sencillez.
Tampoco faltan referencias más actuales, aunque sean estéticas. A la tensión de Radiohead por raro que parezca se aproximan en la desazón de «No Lights» o cuando los nervios se crispan en «This Shit Again». Así en otro punto fuerte como el power-pop de Song 74 hablan de los Strokes con un estilo cuya garra y frescura puestos a comparar no tiene que envidiar a los neoyorkinos. Algunos coros recuerdan a los Beach Boys, faceta que continúa «Medication» más sumida en la psicodelia. Aunque para punto «zen» el que encuentran flotando en la lisergia existencialista de «Why».
A Niño y Pistola les va el rollo clásico y sinceramente, lo bordan. Canciones de duración estándar, desenchufadas y en inglés, que para algo es el lenguaje que ha dado lo mejor del pop. Música simple y sin artificios presentada en un peculiar aunque un tanto molesto (por aquello de la dificultad de leer las letras) digipack y editada por un sello indie barcelonés de reciente creación Mulberry Records que ha acertado de pleno.