El controvertido cuarteto danés regresa para convencer. Probablemente, a los mismos que convenció con su debut ya que parece que la estética y el prejuicio hablan tanto de su propuesta como su propia música. Acusados de falsos punks (a saber lo que es uno verdadero) y de nazis por explotar esas vetas oscuras del post-punk e invocar influencias como Burzum o Death In June, lo cierto es que todo este juego de clichés y cerrazones de mente le ha traído popularidad a una propuesta nada complaciente hasta el punto que que su hype regresó a Europa de vuelta via USA.
Pero esta segunda entrega, «You’re Nothing», lanzada desde ese decano del indie americano que es Matador, no da muestras de adocenamiento, sino todo lo contario. Es otro compendio de punk inconsciente y sociópata en el que tan sólo podemos destacar «Coalition» o la propia «You’re Nothing» como melódicos choques entre las tendencias opresivas y el indie-rock estadounidense de los 80. La garganta de Elias continúa arisca, algo que se acentúa con el crudo acento de su inglés nórdico. Y su colisión es más salvaje, desestructurada, como pretendiendo huir de la perfección.
Por un lado se pierde cierta coartada artística del noise (que permanece en marciales ejercicios tipo «Interlude») y del hardcore en favor de un punk más crudo y callejero. Seguramente estos chavales no hayan vivido las penurias de las bandas punks de lo 80 ni su sociedad se haya visto sacudida por el desempleo, la precariedad y la droga, pero «Rodfaestest» o «It Might First» parecen canciones de cresta, chupa, litrona y calle. Hay ritmos a trompicones y ciertas melodías, sí, pero a menudo deliberadamente en segundo plano o sólo en ciertas partes de las canciones.
Aunque no todo es ruido y agresión. Destacan en el conjunto retorcidas gemas como la sofisticada «Morals», con un toque más dramático e incluso pianos, los Joy Division más asilvestrados de «Burning Hand», la indescriptible «Awake» entre el optimismo y la depresión o esa «Wounded Hearts», magnífica versión macarra y cervecera del post-punk.
Me parece a mi que IceAge son una banda bastante más inteligente de lo que quieren hacer creer y que, por el momento, manejan a los medios como quieren. Mientras valga de excusa para que discos como estos estén en la palestra, que continúe la provocación.