Nueva gira de Retribution Gospel Choir por España a menos de un año de la anterior, y nueva visita de Alan Sparkhawk y Steve Garrington a nuestro país a poco más de un mes de la actuación de Low en el Primavera Sound. ¿Será que Mr Sparkhawk está enamorado de la Península? Sólo podemos basarnos en su evidente continua presencia y en las frecuentes muestras de afecto sobre el escenario (besos al aire incluidos) a sus habitantes y bellas ciudades. Pero creo que dichas pistas lo dicen todo.
Antes de esa demostración de amor y rock and roll, Dani Llamas volvía a hacer de telonero de unos americanos como ya hizo meses antes abriendo para Greg Dulli. Al contrario que en aquella ocasión, en un Teatro Central que se le quedó grande, en Malandar el jerezano pudo mostrarnos los temas de su segundo álbum Minor Epic con el recogimiento necesario para él y su acústica. Además, al empezar unos cuarenta minutos más tarde de lo anunciado, pudo contar con un aforo aceptable que respaldó su propuesta folk de poso americano. Sigue creciendo.
En cuanto a la actuación del trío de Duluth en Sevilla, servía para salvar una deuda que a buen seguro más de uno tenía aún clavada en el costado: su cancelación del año pasado en Territorios. Cuando los vimos subir al escenario, rigurosamente de negro, nos dio la impresión que la íbamos a ver pagada con creces. Y ya en cuanto comenzó el espectáculo supimos que estábamos ante uno de los conciertos de la temporada.
Porque Retribution Gospel Choir son, como puede indicar su nombre, toda una misa a la religión del rock, pero de ese que corre por las venas con el caudal más puro. Podía verse claramente en las expresiones de su líder, exageradas pero lejos de resultar forzadas, y en su manera de intercalar riffs más ortodoxos con muestras dosificadas de virtuosismo desgarrado a la guitarra, pero también en el control ascético de Steve sobre el bajo y en las brutalidades bien encajadas de John Pollard (menudo animal).
Con un repertorio basado claramente en su segundo álbum, la intensidad de la actuación se dejó notar desde un comienzo, en temas como “Workin’ Hard”, “Your Bird” o “White Wolf”. Lo dieron todo en una “Poor Man’s Daughter” alargada hasta llegar a ser casi una jam que dejó anonadado a todo el mundo, dejaron al batería darlo en “Something’s Going to Break” y lograron una comunión con el público más veterano al interpretar una “Down by the River” de Neil Young junto a Dani Llamas, requerido para la ocasión.
Dejaron “Hide It Away” para casi el final, antes de un requeridísimo bis de un par de canciones más con el que llegaron a una generosa y más que celebrada hora y veinte de actuación. Y es que supongo que el público estaría conformado en su mayor parte por fieles (media de edad de treinta para arriba), e igual por ello puede que no extrañase tal triunfo, pero realmente no es común, al menos en esta ciudad, una entrega bidireccional tan completa en torno a una banda extranjera. Así que ya entendemos el por qué giran tanto dentro de nuestras fronteras, y si la cosa sigue así el resto del tour, me da a mí que no dentro de mucho los tendremos de vuelta con Low…