/Reseñas///

Weezer – Everything Will Be Alright in the End

Weezer - Everything Will Be Alright in the End portada
Island / Republic, 2014
Productor: Ric Ocasek
Banda: Rivers Cuomo, Patrick Wilson, Brian Bell, Scott Shriner

Géneros: ,

7.2

Declaraciones tópicas de Rivers Cuomo sobre volver al rock y la filtración de un single honestamente malo nos habían llevado a pensar que «Everything Will Be Alright in the End» sería otra losa en el talento enterrado de la banda. Revitalizadora sorpresa fue la que nos deparó la primera escucha de este disco para el que han vuelto a contar con Ric Ocasek. Y vaya si se nota. El cuarteto ha regresado a un sonido cercano al de su época dorada y si bien los temas no rayan a aquella altura, lo nuevo de Weezer es esperanzador. Y esto es algo que llevábamos queriendo decir mucho, mucho, mucho tiempo.

La rocosa apertura de «Ain’t Got Nobody» es portadora de esa esperanza. Un riff metálico y palmadas, gravedad y despiporre. Sí, esto era Weezer creo recordar. Después pasamos el trance de la mediocre «Back to the Shack», especie de reactualización de aquella igualmente sosa «Beverly Hills». Bueno, al menos el sonido está bien, se nota otra actitud. Pero atención, que comienza lo bueno con el pop cándido de «Eulogy for a Rock Band» y ese pelotazo que parece salido directo del «Green Album» que es «Lonely Girl». A mí aún me cuesta creerlo, ¿Weezer han firmado un disco bueno de nuevo?

Pues sí, Rivers Cuomo ha hecho mucho daño y ni siquiera ha pedido perdón a las víctimas, pero «EWBAITD» es un primer paso para la redención. Tampoco nos emocionemos, aquí sigue habiendo su parte de cosas que chirrían, como esas estrofas soul-pop que desembocan en grandilocuencia a lo Queen de «I’ve Had It Up Here» (aquí nos acordamos de su disco rojo) o «Cleopatra» que, con su cuota de rareza y no exenta de una sensación de engendro imperfectamente ensamblado, resulta de lo más apañado. Al loro con ese pedazo de solo ochentero.

Pero casi todos los temas recurren a un buen gancho pop o un riff bien sólido, hay destellos de «Pinkerton» (notablemente «The British Are Coming») y «Green» aquí y allá y en definitiva vuelven a conciliar a menudo esas melodías casi ñoñas con riffs de escuela heavy metal, que es lo que siempre nos arrebató de ellos. Y por fin, tras colaboraciones que mejor olvidar, Rivers Cuomo da con una contrapartida interesante, como Bethany Cosentino de Best Coast para «Go Away» que se sitúa en el punto perfecto de convergencia de ambas bandas, el pop surfero de regusto oldies. Sólo lamentamos que la pareja de ésta -Wavves-, no aportara algo también al disco viendo lo mucho que Weeezer iluminan lo mejor de sus últimos pasos. Por su parte en «Foolish Father» colabora Patrick Stickles de Titus Andronicus, aunque su power-pop triunfante y recargado poco se parece al sonido de los de New Jersey.

Dicho tema de postal navideña ochentera prácticamente culmina este retorno que se remata con una temida suite de tres temas con gran protagonismo instrumental. Pues ni tan mal oye, aquí Rivers Cuomo juega un poco al «guitar hero» (y algo de «piano hero») y en la escalada ledzeppeliniana de «Anonymous» se le va un poco de las manos, sobre todo con la voz, pero en general, reto conseguido. Tras muchos años, Weezer han conseguido parir un disco en el que la vergüenza ajena no pueda a la capacidad de disfrute. Puede sonar a ensalce tibio, pero créeme que no lo es.

 

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1 de enero de 2014