/Reseñas///

Sôber – Parad?sso

Sôber - Parad?sso portada
Muxxic, 2002
Productor: Sôber, Alberto Seara, Ed Stasium
Banda: C. Escobedo, J. Escobedo, A. Bernardini, A. Madrid

Géneros:

8.5

Con este extraño nombre bautizan los madrileños Sôber su cuarto álbum, desde que empezaron su andadura como Sober Stoned. Tal vez, tuviera algo de premonitorio, pues ha sido con él, con el que les ha llegado el reconocimiento y la popularidad, que desde hace tiempo merecían, y que por alguna razón se les había negado. Y es que por más que les pese a algunos de sus seguidores, estos chicos han llegado a sonar incluso en los 40 principales (¡!) ¿Quiere decir esto que han perdido fuerza? ¿Han cedido parte de la rabia a la que nos tenían acostumbrados? En mi opinión si que es cierto que algo ha cambiado… pero a mejor.

El sonido se ha pulido y perfeccionado, ésta vez los miembros del grupo decidieron llevar a cabo la producción por sí mismos, para poder plasmar las ideas que se les iban ocurriendo, fruto de su experiencia en anteriores trabajos. Para las mezclas, viajaron a Los Ángeles, donde contaron con la colaboración de Ed Stasium (Living Colour, Mick Jagger, Talking Heads, Ramones). La grabación prefirieron hacerla en España, sin prisas. Entre los resultados de tanta dedicación, advertimos que se apuesta más que antes por las posibilidades que la voz de Carlos Escobedo puede ofrecer; las letras se hacen más explícitas, abundando en temas ya habituales en su repertorio: amor/desamor, soledad, adicciones autodestructivas, rebeldía…

El primer single Diez Años, es un tema vitalista y cargado de energía, algo alejado de la oscuridad predominante en la mayor parte de sus canciones, pero con la presencia de las guitarras como protagonista. Le siguió Arrepentido en una línea más dramática, y melancólica, pero no carente de fuerza, con un potente riff de guitarra como telón de fondo. Lejos es una de las habituales en sus conciertos más recientes, nos trae recuerdos de sus anteriores trabajos, aunque con una mayor dedicación al aspecto vocal de la canción (aumenta la variedad de registros).
Hasta aquí van las más conocidas; no obstante el disco contiene otras que no se deben pasar por alto, tales como Hemoglobina, donde la inclusión de violines, da lugar a una de las canciones más emotivas, o bien Reencuentro, en la que se amplía la variedad de tonos y registros, esta vez también a nivel instrumental, para recrear una atmósfera más nostálgica y evocadora. En otro orden de cosas, están No Perdones y Animal que aportan la mayor dosis de rabia, y Mis Cenizas, la nota reivindicativa de un disco que si de algo se le puede tachar es de ser quizás demasiado inmediato en sus planteamientos, demasiado directo.

Por último, Paradÿsso es una de sus apuestas más arriesgadas en mi opinión, la canción que da nombre al disco, y que acabó formando parte de la B.S.O. de la película Cosa de Brujas, es una de sus composiciones más poéticas, y para mi gusto un brillante punto final. En definitiva, con este disco incluso la escena nacional más pachanguera y comercial, tenía que quitarse el sombrero, y lo ha hecho.

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1 de enero de 2002
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