/Reseñas///

Jesu – Silver

Jesu - Silver portada
Hydra Head, 2006
Productor: Justin K Broadrick
Banda: Justin K Broadrick, Diarmuid Dalton, (Ted Parsons)

Géneros: , ,

8.0

Cierto es que el post-metal, el noise y el rock progresivo con tendencias a los ambientes claustrofóbicos son géneros en alza. No podemos decir que Jesu hayan sido pioneros tras años en los que Mogwai o Neurosis han venido encabezando este tipo de propuestas. Pero la figura que se esconde detrás del seudónimo, Justin Broadrick, con un salvaje background que le llevó de Napalm Death a Godflesh o Techno Animal hizo que mereciera la pena dar una oportunidad al proyecto. Y no defraudó, su primer EP dejó a muchos seguidores de Isis, Pelican y demás con la boca abierta.

La solvencia se demostró en un disco que dejó patente como la banda gana en minutajes más cortos y desarrollados que creando conjuntos de canciones y en 2006 nos sirvió sin apenas respiro este «Silver», EP que servirá para calmar las ansias hasta su nuevo largo previsto para 2007. Y trae sorpresas desde un principio. «Silver» se abre como el alba, con el sol despertándonos de nuestra pereza entre las persianas. Una lenta pero susurrante y campanilleante celebración de la vida que parecía lejos de la oscuridad y las tormentas con que Broadrick presentó esta nueva encarnación.

Como queriendo hacer gala de los contrastes de que Jesu es capaz, un machacón y veloz ritmo mecánico abre «Star», que pronto se convierte en un envolvente y agradable tema que aún parecía más lejano de los parámetros de la banda. Tal es su vocación melódica y optimista que pese a su traje industrial podría calificarse casi más de dream pop por los pasajes que evoca.

Volviendo a la lentitud ambiental, «Wolves» es otro retrato de la decadencia que Broadrick pinta como nadie con ayuda de los sintetizadores, crispación asfixiante y voces fantasmagóricas. «Dead Eyes» por su parte juega con la tempestad electrónica en unos parámetros que se van encontrando más cerca de unos Boards of Canada o Sigur Ros abusando de las máquinas que de la retahíla de nombres del postmetal con que han sido comparados. O eso parece hasta que los riffs rasgan con fuerza su parte final.

Si a primeras escuchas los dos cortes iniciales no acaban de encajar, finalmente las dos últimas resultan más prescindibles por estar cercanas a algo que ya hemos escuchado. Tal vez el aperturismo sonoro de Silver quiera preparar al oyente para un futuro en el que no todo sean tinieblas y ruido inmisericorde. Una vía de escape de la monotonía, que es lo peor que le puede ocurrir a una propuesta como la de Jesu, dedicada a estimular los sentidos; que el ombliguismo del creador anule esta noble vocación. Mientras eso no suceda, estaremos expectantes.

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1 de enero de 2006