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Horrorpops – Hell Yeah!

Horrorpops - Hell Yeah! portada
Hellcat, 2004
Productor: Horrorpops
Banda: Patricia, Kim Nekroman, Karsten, Niedermeier, Caz the Clash

Géneros: ,

7.8

Hellcat, sello del insigne Tim Armstrong (Rancid) está llevando a cabo una revitalización del psychobilly. Si hace no demasiado hablábamos de los lúgubres Tiger Army, esta vez nos toca encarar Hell Yeah! de los deliciosos Horrorpops. Blanco reluciente y rojo sangre frente al goticismo de los de Nick 13, amen de la personalidad de una frontwoman, cantante y contrabajista y de un sonido mucho más soleado, poppie y con toques ska, aunque suficientemente rock n roll y oldie.

Y no es de extrañar ya que la personalidad de la banda viene de juntar los pasados de tres bandas danesas; Peanut Pump Gun (punk alternativo), Nekromatix (psychobilly) y Strawberry Slaughterhouse (hardcore-punk). El resultado es un rock n roll retro y fresco al tiempo, como ya se nota en el primer corte, Julia estupendo para conocer la lúdica propuesta de la banda y percatarnos de que Patricia es una mujer de armas tomar, sensual, sexual y con una gran personalidad y voz dura y profunda que puede combinar con otros registros más leves y melódicos.

Aunque Horrorpops provengan de la fría Dinamarca, el ambiente californiano está muy presente en su sonido. Así lo ratifica por ejemplo Drama Queen, un tema luminoso de ska-punk-pop que nos hace pensar en No Doubt debido a los ritmos y la voz cercana a Gwen Stefani. De todos modos la autenticidad de la propuesta de Horrorpops! la aportan esos contrabajos y ese sonido rock n roll de raíz. También se nota el punto soleado en la punkarra Where They Wonder donde Patricia muestra su registro más agresivo en un tema repleto de fuerza que les acerca a bandas de punk alternativo estilo Distillers, toda una píldora de energía coreable.

Otra influencia básica en la música del cuarteto (sexteto si contamos con las estrafalarias go-gos que les acompañan) es la nueva ola. Así, Girl In A Cage mantiene los toques ska, pero denota una gran simpatía por los sonidos de Blondie o Siouxie & The Banshees. En similar tesitura suena What´s Under My Bed, pop histérico que nos habla de tópicos del horror de serie b, acorde con la imagen kitsch de la banda, concretamente de monstruos en la habitación. Y para freak y autoparódica, Psychobitches Out of Hell, que fusiona al 50% el mundo de los punk-rockers oscuros con las dulces voces femeninas de la nueva ola.

Más puramente psychobillies son temas como Ghouls donde la diversión freak se transforma en desenfreno de baile o Kool Flattop, un retorcido tema al más puro estilo de los locos The Cramps, con Patricia gritando y cantando sin aliento, provocadora y al borde del orgasmo musical. Para mover las caderas al ritmo sincopado. Otros temas de cierto poso rockabilly son la apología de la tinta que es Baby Lou Tattoo, la oportunidad de que Patricia luzca su chorro de voz que es Emotional Abuse, o el corte de surf instrumental Horrorbeach, que remite directamente al archiconocido tema central de Pulp Fiction por el icono del género, Dick Dale.
Por dejar lo mejor para el final, dos temas que no tienen nada que ver entre sí, pero que suponen mis particulares puntos álgidos del disco. La primera es Miss Take que comienza con un ritmo atropellado y la delicada voz de Patricia. En un disco repleto de coros, tal vez aquí se encuentren los más logrados y originales dentro de un estribillo adictivo bordado con un ritmo frenético. La otra, hit indiscutible de este debut, es Dotted With Hearts, exquisitamente retro y cincuentera, y con todo, paradójicamente fresca, romántica y llena de ritmo. Imposible no tararear el estribillo, con presencia de voces masculinas cortesía de Nekroman.

Hell Yeah es un explosivo cóctel de sabor añejo entre los 50, los 80 y la actualidad, en el que resuenan Misfits, Blondie, Ramones, Siouxsie and the Banshees, Cramps y hasta Billy Idol. Sin pretensión de revolucionar el género, consiguen actualizarlo de forma que suena a la vez contemporáneo que tierna y nostálgicamente retro, tanto que por momentos desearías haber vivido las épocas que suscita.

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1 de enero de 2004