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Grouper – The Man Who Died In His Boat

Grouper - The Man Who Died In His Boat portada
Kranky, 2013
Productor: Liz Harris
Banda: Liz Harris

Géneros: , , , ,

8.4

Liz Harris no es una recién llegada a esto de la música ambiental. La artista de Portland lleva ya 8 años mezclando folk, drone, shoegaze en pequeños y modestos hechizos ambientales de guitarra acústica, teclado y cantos de sirena, todo ello compactado y reverberizado. Este «The Man Who Died In His Boat» está formado por composiciones escritas en 2008 (de la era de «Dragging a Dead Deer Up a Hill» su disco más aclamado hasta ahora) y queda tan lejos de unos descartes como cerca de auparse entre lo mejor de su obra.

Harris propone once cortes en los que apenas hay desperdicio de coartada ambiental y en cambio sí muchas piezas que combinan tanto el poderío hipnótico del drone como el enganche melódico del susurro folk, desde los aires corales de «Vital» a la dulzura de «Cloud In Places» o la ululante «Cover the Long Way». El disco no registra gran variedad ni en tono ni lógicamente en tempo pero propone una experiencia mística completa, agotadora. Similar a una droga narcótica, «The Man Who Died In His Boat» es oscuro y placentero, asusta pero engancha y te hace sentirte de un modo irreal. En este caso flotando, incorpóreo, a la deriva, como sus propios y minimalistas acordes.

No es que sea Grouper la única que ha descubierto las bellas propiedades del drone-folk (ahí están Julianna Barwick o Phil Elverum y sus Mount Eerie) pero quizá si que encuentra aquí un punto justo entre la oscuridad y la experimentación y lo que en definitiva resulta en una escucha exitosa. Porque agradable quizá no es la palabra, ya que momentos como «Difference (voices)», «Vanishing Point» o la angustiosa «STS», ponen a prueba la paciencia de quienes simplemente esperen dream-pop. El adjetivo es más bien intrigante y de nuevo, adictivo, única palabra que explica que estos temas que promedian los 5 minutos se nos lleguen a hacer cortos una vez entramos en su estado de ánimo.

Grouper propone un remanso turbulento, donde seguramente hay más oscuros que claros, más emociones revueltas que placidez, más pesadillas en sepia que sueños teñidos de color. Un reto muy recomendado.

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1 de enero de 2013