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Fuck Buttons – Tarot Sport

Fuck Buttons - Tarot Sport portada
ATP Recordings, 2009
Productor: Andrew Weatherall
Banda: Andrew Hung, Benjamin John Power

Géneros: , , ,

9.5

La verdad es que uno no está preparado a estas alturas para la aparición de discos como Tarot Sport. Uno llega a creer que ya está todo inventado y que difícilmente pueden seguir saliendo artistas y discos que puedan hacer avanzar la música hacia adelante, hacia lugares poco transitados anteriormente o directamente inexplorados. Pero aún así, siguen apareciendo nuevas piedras angulares como el segundo álbum de este dúo de Bristol, no por casualidad cuna de grandes grupos que han tenido que mucho que decir en la experimentación musical de las últimas décadas.

Fuck Buttons ya nos pusieron sobre aviso con su debut de 2008 Street Horrrsing, un más que notable álbum que plantaba casi todas las semillas que luego germinarían en su continuación: desarrollos largos, repeticiones rítmicas, acumulación de capas de sonido, feedback y ruido blanco y un evidente gusto tanto por la música electrónica como por el post-rock. Nacía así quizá la música que hubiera salido de juntarse Aphex Twin con My Bloody Valentine en una soñada sesión de estudio.

Pero si lo primero ya fue bueno, lo que ha venido después es ya de otro planeta. Tarot Sport es simplemente una obra maestra, una oda al ruido y a la melodía que subyace debajo que debería influir en mucha de la música que venga después, como ya sucedió con Loveless del grupo de Kevin Shields o XTRMNTR de Primal Scream en los dos últimos decenios.

El viaje comienza con Surf Solar, todo un himno de la generación post-rave, un trip en el que la repetición obsesiva nos hace entrar en un trance que invita a bailar como un poseso en algún valle a la luz de las estrellas fugaces. Me pregunto qué efectos tendrán sus diez minutos de duración acompañados de sustancias alucinógenas. Tras el subidón, Rough Steez te embarca en un siniestro mundo de sonidos duros y alienígenas, destinados a machacarte el cerebro a base de drone. Es como el mal cuerpo y la resaca tras la gran fiesta; no hay una sin la otra y sabes que la segunda siempre sigue a la primera.

The Lisbon Maru vuelve a ser magia pura. Bajo un marcado ritmo electro, una suave melodía nos acerca al shoegazing y el post-rock más dulce y onírico.  Sonidos acuáticos acrecentan esta sensación para al final explotar en el ruido sideral. Ya llegando al ecuador del álbum, sorprende la cantidad de recursos que poseen estos ingleses, capaces de cambiar tu estado de ánimo totalmente sin dejar de lado su marcado estilo en ningún momento.

Y es que nada te advierte de la llegada de una bestia como Olympians. Si la euforia tuviera sonido, no dudo que sonaría como el eje central de este álbum. La pareja de creadores parecen celebrar los futuros Juegos Olímpicos de Londres con esta extensa composición que parece narrarnos sin palabras una imaginaria competición de atletismo a través de años-luz de distancia. Sin lugar a dudas, uno de los mejores temas de la década, ya veremos si de la historia incluso.

Tras tenernos con el corazón (y el cerebro) en vilo durante un buen rato, el dúo se embarca en la exploración casi arrítmica de Phantom Limb, dejando por un momento de lado el mundo más emocional para enfrascarse en esta especie de eyaculación noise. Poco después termina el trayecto con Space Mountain, suerte de melodía de noticiario futurista que nos muestra a los Fuck Buttons más amables y vitalistas, y con Flight of the Feathered Serpent , power-batukada con la que aterrizamos en Alpha Centauri y con la que nos reciben sus nativos, ideal para una fiesta-encuentro entre civilizaciones interestelar.

Igual me he pasado a la hora de comparar la música de Tarot Sport con imágenes o historias, pero siempre he pensado que la mejor música es aquella que, al escucharla, te conecta directamente con otras disciplinas. Yo al menos no puedo pensar en este disco como mera música, ya que cada vez que comienzo a escucharlo no puedo evitar sentir mil cosas a la vez, muchas de las cuáles no tienen nada que ver con el oído o el sonido. Sólo puedo invitar a que descubráis una de las experiencias más plenas que nos ofrece la música contemporánea actual. ¿Exagerado? Comprobadlo vosotros mismos entonces y me decís…

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1 de enero de 2009