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Foo Fighters – Sonic Highways

Foo Fighters - Sonic Highways portada
Columbia, 2014
Productor: Butch Vig
Banda: Dave Grohl, Taylor Hawkins, Nate Mendel, Chris Shiflett, Pat Smear

Géneros: ,

4.9

Quiero declararme para que no haya malentendidos Grohl-escéptico. Lo que opino de «Wasting Light» no estaba en consonancia con la calurosa acogida que tuvo y lejos de ver un regreso a la forma, sólo me pareció un uso de la electricidad para camuflar unas ideas entre aceptables y justitas. Ideas y canciones que sí había, sin ir más lejos, en el disco acústico del «In Your Honor». Proclamarse o no portavoz del rock n roll en tiempos difíciles no era el problema y sigue sin serlo en «Sonic Highways», este experimento audiovisual de Dave Grohl.

Dado el impacto emocional que la serie tiene en las canciones quiero contrarrestar ese efecto de marketing, valorando aquí únicamente la música. Mi opinión sobre la serie documental, aquí. Bien, «Sonic Highways» son ocho cortes grabados cada uno en una ciudad y estudio diferente e hilvanados por la producción maestra de un Butch Vig que consigue que todo suene prácticamente igual. Algo tan meritorio por su parte, como decepcionante para un formato que prometía mayor variedad sonora.

Así las cosas, la pelota queda en el tejado de Dave Grohl y sus composiciones. Lo que podemos encontrar en «Sonic Highways» son canciones de rock tan duro como amable, que recogen la herencia americana más accesible. Es fácil ver una vez más por qué Foo Fighters son tan grandes. Grohl no propone ninguna ruptura y si el éxito de Nirvana fue una sorpresa, el de su banda actual se da por sentado. Su séptimo disco hace honor de nuevo a su imagen de tío majo del rock, de estrella campechana, de amigo de todo el mundo. Al fin y al cabo, lo ha hecho tirando de agenda y las colaboraciones (Rick Nielsen, Joe Walsh, Gary Clark Jr…) están ahí, pero raramente aportan algo más allá de un solo y mayor épica al final. Quizá la de Ben Gibbard fuese más determinante en el tono de la canción, un folk brumoso con colchón electrónico y ecos a David Bowie o Beck. Se encuentra entre lo más agridulce, en el mejor sentido, de un disco pasado de edulcorante.

El problema de «Sonic Highways» tampoco es estrictamente la variedad. Desde la esperanzadora «The Feast & The Famine», hasta el despropósito de «What Did I Do?/God As My Witness» hay un trecho. La primera es el momento punk-rock que hará vibrar a los fans de «The Colour & The Shape». La segunda, son dos temas en uno a cada cual peor, en un duelo de rock de anuncio vs. AOR vergonzante. Dave Grohl debe pensar que el punk-rock se le queda corto para sus habilidades compositivas y se equivoca. Y eso que hace un buen trabajo revistiendo esqueletos flojos a base de riffs potentes y escaladas de truenos hard-rock. «Something From Nothing» es efectismo puro con un Grohl lo mismo haciendo cuernos que poniéndose funky con teclados setenteros, pero funciona. Aunque para efectismo, esa balada con orquesta que es «I am a River». Si el grunge no estuviera muerto y enterrado, Dave Grohl lo hubiera liquidado de un plumazo. Tú que te quejabas de «Sirens» de Pearl Jam, espera a escuchar esta épica autoindulgente que, a modo de retorcida broma, remite en ciertas partes a «Hunger Strike».

Y casi que ya he repasado lo mejor. La correcta «Congregation» juega a ser una nueva «Times Like These», otra de esas mezclas que no cuaja entre indie-rock y rock de estadios, marcada por un ritmo de batería simplón e irritante. Pero no voy a echar la culpa a Taylor Hawkins porque apuesto a que no da ni un golpe de más que Grohl no quiera, igual que el resto de músicos. «Outside» promete con un comienzo que remite primero a Fugazi y después a Soundgarden, pero pronto todo se desinfla sin llegar a nada. Y la cosa va a peor conforme la canción se dilata ofreciendo una sensación de relleno muy frustrante.

Al igual que un sonido unitario, hay escollos que aplican a todo el disco. En especial, se nota mucho un método de composición marcado por las letras (a su vez extractos de lo que se dice en los capítulos de la serie). Todos los temas, de este modo, deben tener su buena cota de textos que relaten las desventuras de los protagonistas de cada ciudad. A menudo esto desemboca en estructuras forzadas y canciones más largas de lo que su escucha pide. Gajes de querer sacar todo un LP de sólo ocho piezas. Este mismo disco con un corte de canciones en torno a los 3 minutos y medio hubiera dado un resultado sorprendentemente mejor. Y de paso quitando «In The Clear», que es un insulto a la inteligencia del oyente.

«Sonic Highways» es un disco de rock con muchos medios que arroja un resultado mediocre. No llega a ser horrible, porque en la filosofía de Grohl está muy enraizada la máxima de no molestar a nadie. Nada punk, nada experimental, nada fuera de tono, esto es rock para niños, padres y abuelas, americanos, chinos o españoles. En cuanto a la nota arriba, soy partidario de contrarrestar la suerte promocional de los discos siendo más o menos severo. Creo que igual que a un grupo underground que comienza se le debe valorar más el esfuerzo, a uno con toda la facilidad del mundo hay que exigirle más. Dave Grohl nos ha querido vender mil motos con «Sonic Highways» y el resultado es un ciclomotor defectuoso.

 

Como ya he dedicado a este lanzamiento de Foo Fighters bastante más atención de la que en realidad merece, aquí te sugiero algunos discos de rock en los que quizás encuentres lo que «Sonic Highways» no te da.

Bob Mould – Beauty & Ruin
Cymbals Eat Guitars – Lose
Ryan Adams – 1984
Cloud Nothings – Here and Nowhere Else
The Men – Tomorrow’s Hits

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1 de enero de 2014