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Desaparecidos – Payola

Desaparecidos - Payola portada
Epitaph, 2015
Productor: Mike Mogis & Desaparecidos

Géneros: , , ,

7.0

A veces hay que reivindicar el panfleto. Desaparecidos es panfleto en formato punk-pop. Si todavía sigues leyendo te felicito, porque no te dejas llevar por lo que te han dicho que es aceptable. Todos sabemos que mezclar política y rock está mal, que nos lo ha dicho Albert Rivera o alguien así, parecido. Una pérdida de tiempo, indigna de artistas de bien. No sabemos en lo que pensará el respetado Conor Oberst para lanzar este disco tan poco cool.

Pues eso, Desaparecidos es el grupo punk de Conor Oberst. No es nuevo, debutaron en 2002 con «Read Music/Speak Spanish» en el muy emo sello Saddle Creek y más de 10 años les ha llevado volver, esta vez a una también apropiada (por sonido, que no tanto por compromiso) Epitaph. Bueno, pese a todo es Oberst, el tipo de Bright Eyes, suena todo bastante hipster, podemita y respetable.

Bien, la cosa es que si tuviéramos que elegir una banda con la que comparar el sonido de este «Payola» no sería esa The Clash. Ni los Ramones. Ni Green Day siquiera. No, aunque la nota de prensa utiliza grupos de power-pop más subterraneos como coartada, la comparación de oro sería My Chemical Romance. En los mejores momentos podemos notar algún destello de Modest Mouse («City on the Hill»), D Generation («Radicalized») o The Get Up Kids («MariKKKopa», «Search the Searches»), pero mejor no engañarse, Desaparecidos suenan bastante más a «Three Cheers For Sweet Revenge» que a cualquier otro disco medio relevante que haya dado la historia del punk-rock.

Además introducen teclados, aires new-wave y leves aires metaleros, lo que conforma un núcleo de canciones con muy poco de intelectual y mucho de disfrutable y divertido, con apenas momentos serios y dados al mesianismo, como esa especie de post-rock-punk-pop que es «10 Steps Behind». Por lo demás, no sorprende ni un ápice encontrarnos a Laura Jane Grace de Against Me! poniendo su rasgada garganta en «Golden Parachutes», como no nos hubiera sorprendido una colaboración de cualquier músico en el espectro que va desde Weezer a Blink182, pasando por Alkaline Trio.

Y tampoco las letras de Desaparecidos son ningún tratado político elaborado (atención a esa reivindicación del fenómeno «Anonymous» que cierra el disco), son un simple e ingenuo llamamiento a la acción, a la rebeldía más básica e inmediata. ¿Y por qué habría de hacer Conor Oberst a día de hoy un disco de un perfil digamos, tan adolescente? Porque seguramente eso es lo que cuenta y no hacer un disco que sólo vayan a escuchar individuos previamente politizados. Así están las cosas de desesperadas y así se las cuentan Desaparecidos.

 

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1 de enero de 2015